Quintana Roo

Mercado de artesanías 'Ki-Huic”, sobrevive

Por Yolanda Gutiérrez

Apenas ganan para comer los comerciantes del mercado de artesanías “Ki-Huic”, que además de no vender prácticamente nada desde que concluyó la temporada alta, deben enfrentarse, como todos los ciudadanos, a los elevados índices de inseguridad que afectan inclusive la zona centro.

Tanto el “Ki-Huic” como los mercados “Pancho Villa” y “Plaza Mexicana”, otrora populares comercios que el turismo recorría encontrando prácticamente de todo en los numerosos locales que bullían de animación a cualquier hora, presentan un evidente estado de abandono, con solamente unos pocos negocios abiertos al público sobre las avenidas Tulum y Nader.

El resto de los locales se encuentran herméticamente cerrados con cortinas metálicas, muchas de las cuales están repletas de grafitis o presentan las consabidas leyendas de “se vende” o “se renta”, mientras que las plazas interiores apestan a orines.

Se aprecian los esfuerzos para mejorar la imagen y, en este sentido, se repusieron la mayor parte de las cortinas que otrora habían sido forzadas o rotas por vándalos e indigentes, se dio una manita de pintura a fachadas y arcos, además de habilitarse un estacionamiento en la plaza interior en la que hasta hace unos pocos años existía un kiosco, que fue demolido, entre otros motivos, a causa de la inseguridad que proyectaba.

Por lo general, en las esquinas se apostan individuos de mala catadura que a todas luces solamente esperan que se acerquen los compradores de sustancias psicotrópicas para ofrecerles su veneno y, según criterio de uno de los pocos comerciantes que se dedican a la venta de artesanías, no son espacios precisamente seguros para que los turistas se metan, ni siquiera para curiosear, pues podrían salir prácticamente encuerados, inclusive a plena luz del día.

Este mismo comerciante manifestó que, tras el violento asalto a la casa de cambio perpetrado el miércoles, se aprecia un ambiente de nerviosismo entre los cajeros de los negocios del ramo ubicados en la zona y confió en que los robos a este tipo de establecimientos no se vuelvan recurrentes. “Por lo menos atraparon a algunos de los rateros y tal vez eso haga desistir a otros ladrones que pudieran haber tenido la idea de robar una casa de cambio, pero de todos modos los empleados no están muy tranquilos ahora, el asalto está aún demasiado reciente”, expresó.

Respecto a la demanda, la encargada de un negocio de artesanías manifestó que la situación es realmente terrible y las ventas durante las vacaciones fueron mínimas.

“Los nacionales ya se han marchado casi todos y los que quedan no salen de la Zona Hotelera, igual que los extranjeros que cuando bajan al centro es para ir al Mercado 28, en toda la mañana apenas han llegado como tres o cuatro turistas, esperemos que en la tarde esté mejor, pero de todos modos, al menos sale para comer”.