Por Víctor Rodríguez
PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 30 de marzo.- Restaurantes, clubes de playas, centros de masajes terapéuticos y pequeños hoteles se sumaron a partir de este lunes a los cierres totales de instalaciones, golpeados por las bajas ventas en el desplome turístico ante la contingencia sanitaria del coronavirus COVID-19, en un panorama desolador en que algunos establecimientos rehúsan dejar de operar y lo hacen a media capacidad.
En ese mismo sentido, restaurantes y comercios de diferentes giros, ubicados en la Quinta Avenida de este destino turístico, muchos de ellos con tradición, también bajaron sus cortinas a partir de este lunes ante la crítica situación económica por la que atraviesan a consecuencia de la pandemia del coronavirus.
Los cierres tanto en la zona de playas como en el primer cuadro de la ciudad, al igual que los hoteles, representan la pérdida de miles de empleos de personas que al menos han mandado a ‘descansar’ de uno a dos meses mientras se contiene el COVID-19, sin ingresos reales, porque dependían de las comisiones y propinas.
Durante recorrido en la zona de playas pudo apreciarse que restaurantes, clubes de playa, spas y algunos hoteles pequeños costeros operaron por último día el pasado domingo, decidiendo que a partir de este lunes replegaban camastros, sombrillas, mesas y servicios, al no levantar ventas, dado que el corazón turístico de la Riviera Maya registra una ocupación general del 9 por ciento.
Al menos en la zona que comprende del muelle fiscal hasta la avenida Constituyentes son cerca de 13 clubes de playas y restaurantes que han cerrado servicios, así como cinco pequeños hoteles a la orilla del mar que también suspendieron operaciones, así como ocho centros de masaje terapéuticos, todos golpeados por las nulas ventas por la caída drástica de visitantes nacionales e internacionales.
Hay que mencionar que otra parte de los restaurantes y clubes de playas están trabajando a medias, con mesas y camastros reducidos, tratando de rescatar alguna venta durante el día, incluso no trabajan los horarios acostumbrados, iniciando operaciones después de las 10 de la mañana hasta 4 de la tarde en promedio.