Por Yecenia González
Finalmente llegó el día de anunciar mayor restricción para que las personas no acudan a las playas y atiendan la recomendación de quedarse en sus casas. Sin embargo, poco parece importar a la población.
Ayer miércoles pudo observarse la presencia de un nutrido grupo de personas en las playas de Cancún y según el conteo de los guardavidas, tan solo en Playa Delfines acudieron alrededor de 500 personas.
De nada sirvió el mensaje enérgico lanzado por los gobiernos estatales y municipales, incluso el federal. Ninguna restricción impidió que a lo largo del día de ayer, las playas públicas de este destino turístico fueran visitadas por un importante número de personas.
Las banderas rojas de Protección Civil fueron colocadas desde el inicio de esta semana, para evitar que quienes acudieran a los arenales, se metieran al mar a bañar, y esta medida tampoco sirvió.
Los guardavidas que se encuentran en las playas públicas han sido los testigos de como la ciudadanía no está respetando las medidas de prevención para evitar contagios de Covid-19.
Son ellos los que indican a las personas que regresen a sus casas, que no entren al mar, que no es un periodo vacacional, sino una cuarentena necesaria para evitar una propagación mayor del virus.
Ayer, los guardavidas contabilizaron tan solo en Playa Delfines, alrededor de 500 personas, mientras que en las otras playas públicas, se tuvo el registro de un promedio de entre 40 y 50 personas en cada una.
La Policía Turística continúa haciendo recorridos, pero solo para invitar a las personas a regresar a sus casas, pero sin que haya hecho algún desalojo de los arenales.