Quintana Roo

Siguen la homilía en casa

Por Raimon Rosado

Más de 900 católicos de todo el estado celebraron de manera inusual el  Domingo de Ramos, con el que da inicio el período de Semana Santa, pues debido a la contingencia por COVID-19 que ordena el aislamiento social de la gente, muchos devotos de esta fe religiosa colocaron ramilletes de hojas de palma y flores en las puestas de sus hogares, mientras que a través de misas privadas, transmitidas por redes sociales y otros medios, sacerdotes elevaron plegarias para pedir por la salud del alma y del cuerpo de la comunidad.

A diferencia del fervor religioso que año tras año puede palparse en torno a las iglesias  de todo el estado, el extraordinario período de contingencia sanitaria, derivó en que el comienzo de la Semana Santa fuera inusual, pues en esta ocasión los feligreses, que en otros tiempos abarrotaban los templos para bendecir sus ramos, debieron permanecer en sus casas.

No obstante, aquellos fieles seguidores a las pautas bíblicas establecidas, que en esta celebración en particular hace alusión a la entrada triunfal de Jesús de Nazaret  a Jerusalén, como rey de los judíos, tal y como lo solicitó la Iglesia, colocaron ramilletes y hojas de palma a las puertas de sus hogares, lo que dieron a conocer con fotografías, a través de las páginas de redes sociales, de las diferentes parroquias  a las que suelen acudir o donde realizan labores de apostolado.

Del mismo modo del que desde hace un par de semanas, parte de los aproximadamente 906 mil 200 practicantes del catolicismo en Quintana Roo, han atendido los llamados a misa,  a través de Internet, radio y televisión, estuvieron atentos a las ceremonias eucarísticas correspondientes al Domingo de Ramos.

El mensaje generalizado que los sacerdotes dirigieron a la comunidad quintanarroense. En medio de la actual contingencia de salud hizo referencia a la protección del Espíritu Santo, para que todos los quintanarroenses, mexicanos y el resto de la humanidad tengan la salud corporal y espiritual, así como la voluntad, paciencia, sensatez y responsabilidad del cuidado sobre sí mismos, que se necesita para salir adelante ante la adversidad.