Por Karina Carrión
COZUMEL, 20 de mayo.- Representantes de diversos sectores reconocen que en reactivación económica no se tendrá el mismo nivel de ventas obtenido hasta el pasado mes de marzo e incluso vislumbran que hasta 30 por ciento de los aproximadamente mil establecimientos ubicados en el primer cuadro de la ciudad, podrían cerrar sus puertas, esto tanto en negocios turísticos como en restaurantes y demás giros, lo que derivará en una ola de desempleo que se había tratado de evitar.
Al menos así lo refirió Eduardo Morales Rivas, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Cozumel, quien primeramente reconoció que con la modalidad de la Nueva Normalidad, los empresarios tendrán que analizar quiénes podrán realizar una inversión para la reapertura de sus negocios implementando las medidas sanitarias que a partir de ahora serán obligatorias, lo que implica una inversión no contemplada, pero que tendrá que darse conjuntamente con las certificaciones en materia de salud para que se garantice la calidad y el servicio a los clientes.
Aunque el empresario dijo que sería prematuro referir la cantidad de comercios que pudieran optar por cerrar de manera definitiva, consideró que el hacerlo de manera gradual pudiera ayudar a evitar el quiebre de los negocios, además de que se buscarán programas de apoyo federales para que estos puedan tratar de reactivarse, pero por las pérdidas económicas registradas durante la emergencia de salud, hay temor de que al menos 30 por ciento de un estimado de 500 afiliados a la Canaco, pudieran optar por bajar cortinas definitivamente.
Morales Rivas comentó que contrario a otros estados o municipios, en Cozumel hay empresas locales que han hecho lo imposible para evitar despedir a sus personal, tal y como se informó en este rotativo desde la primera quincena de la pandemia; sin embargo, la realidad es que muchos de los pequeños negocios han ido colapsando y esto se reflejará de manera visible hasta el siguiente trimestre, pero dijo que confía en que a pesar de las pérdidas que pudieran tenerse, la intención es que a través de créditos y apoyos fiscales puedan mantenerse a flote.
En el mismo sentido, María José López Castillo, dirigente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), coincidió en que menos del 10 por ciento de los más de cien restauranteros afiliados, podría cerrar temporalmente, toda vez que todos los socios han mantenido sus plantillas laborales, pese a que no generan los ingresos para sostenerlos; sin embargo, reconoció que todos tienen la intención de aguantar a que se reactive la economía local, lo cual esperan que suceda en los próximos siete o nueve meses, por lo que consideró que lejos de pensar en cerrar como en otros estados, están procurando sostenerse e implementar estrategias en el consumo local con el fin de evitar cerrar definitivamente.
En cuanto a los empleos, de los aproximadamente cinco mil formales que hay en la isla, se calcula que podrían perderse entre uno y dos por ciento.