Cerca del 90% de los cañeros está en números rojos para la cosecha 2025-2026, por lo que los líderes se acercaron al Gobierno estatal a solicitar apoyos individuales que los ayuden a sobrellevar la mala racha que atravesaron.
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El apoyo que puedan obtener servirá para que puedan sembrar la caña, ya que hasta el momento no se cuenta con suficiente vara dulce, por lo que la zafra tuvo que ser pospuesta para inicios del 2026.
La situación de los productores del sur de Quintana Roo no deja de ser preocupante, pues son casi 3 mil los que cayeron en cartera vencida, tras la serie de infortunios que enfrentaron durante la zafra 2024-2025, lidiando con plagas, sequía e inundaciones, además de aquellos que adquirieron maquinaria a crédito para realizar el corte de caña, debido a la falta de mano de obra.
En ese sentido, Sergio Crisanto Morteo, uno de los líderes cañeros, indicó que las pérdidas económicas registradas ascienden a más de 800 millones de pesos, causadas principalmente por la presencia del hongo Fusarium, una plaga que estuvieron combatiendo durante todo el periodo, así como al decremento del precio del azúcar y también la caída del nivel de sacarosa, debido a que bajó la calidad de la vara dulce por los inconvenientes que se presentaron, de modo que por cada tonelada de caña apenas se produjeron 90 kilogramos del dulce.
Advirtió que la situación actual pone en riesgo la continuidad de la actividad cañera, debido a que para las familias que dependen de ésta no ha sido redituable, incluso los productores le quedaron a deber al Ingenio San Rafael tras la liquidación.
Por su parte, el otro líder cañero, Benjamín Gutiérrez Reyes, considera que la magnitud del problema que atraviesan es tal, que se requiere la intervención del Gobierno federal, a pesar de que la autoridad estatal y la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpe) han manifestado su apoyo al sector, pero realmente no se cuenta con un presupuesto destinado para ellos, al tratarse de una actividad independiente.
Lo anterior, dijeron, con la finalidad de que la zafra no se retrase más allá de los dos meses que ya fue aplazada por la falta de cultivo, ya que la mayor parte de los productores no cuentan con recursos económicos para sembrar.
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