El temor y el miedo a que algo pueda ocurrir han llevado a tianguistas de la Región 94 a mantenerse al margen y evitar hablar abiertamente sobre extorsiones. Los comerciantes aseguraron que hasta el momento no han sido víctima ni han escuchado de casos recientes, pero prefieren no profundizar en el tema para no exponerse.
Durante un sondeo realizado en el tianguis, varios vendedores aceptaron que hablar de extorsión genera inquietud y desconfianza. Algunos accedieron a responder de manera general, mientras que otros se negaron a dar declaraciones o pidieron no ser identificados, señalando que el simple hecho de tocar el tema puede traer consecuencias. “Mejor no hablar de eso, uno nunca sabe quién está escuchando o viendo. Ahorita estamos tranquilos y así queremos seguir”, expresó un comerciante.
De acuerdo con el más reciente reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en Quintana Roo se han registrado en lo que va del año 9 mil 516 casos de extorsión.
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Quienes sí accedieron a compartir su experiencia coincidieron en que, al menos en esta zona, no han sido abordados por personas que les exijan cuotas o pagos ilegales. “Aquí no nos han pedido nada, ni por teléfono ni en persona. Tampoco hemos escuchado que a otros les pase”, comentó Amanda vendedora de ropa.
No obstante, el miedo está presente. Algunos tianguistas señalaron que, aunque no han sido víctimas directas, prefieren mantenerse alertas y no llamar la atención. “A veces uno escucha lo que pasa en otros lados y claro que da miedo. Por eso mejor no hablar mucho del tema”, dijo un vendedor de alimentos preparados.
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El silencio de varios comerciantes refleja una realidad común entre pequeños negocios; el temor a represalias inhibe la denuncia y limita la posibilidad de hablar abiertamente sobre este delito. Para muchos, la tranquilidad actual es frágil y cualquier comentario puede interpretarse como un riesgo innecesario.
Algunos atribuyen esta calma a la organización interna del tianguis y a la presencia ocasional de vigilancia. “Mientras nos dejen trabajar tranquilos, todo está bien. Ojalá no cambie”, comentó una Shiomara.