Las calles del fraccionamiento Paseos del Mar, en la Supermanzana 251, presentan un notable deterioro, con múltiples baches a lo largo de la carpeta asfáltica, señalaron conductores de “combis”.
Las oquedades fueron rellenadas con grava y arena y en algunos tramos, parchadas con chapopote; sin embargo, las lluvias recientes han provocado que el material se disuelva.
En un recorrido por la avenida República Dominicana, se observaron diversos puntos donde los hundimientos complican la circulación de autos y peatones.
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Uno de los tramos más afectados es la avenida República Dominicana entre las calles Obsidiana e Isla Martinica. En este sitio, una hilera de baches se extiende de un extremo a otro de la calle, situación que se agrava por la presencia de reductores de velocidad ya deteriorados. Durante la temporada de lluvias, el área se inunda, lo que termina por diluir el material utilizado para rellenar las oquedades.
Choferes de “combis” señalaron que resulta complicado transitar por esa zona, ya que es prácticamente imposible no caer en los hoyancos. Comentaron que la situación afecta a los pasajeros, quienes deben saltar entre charcos de agua sucia para abordar las unidades. “Esto pasa todo el tiempo; aunque los rellenan con tierra, con la lluvia se vuelven a lavar y quedan igual o peor”, expresaron.
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En la avenida Isla Margarita se detectó otro pozo de grandes dimensiones, con un extenso encharcamiento. Vecinos comentaron que incluso es visible a través del servicio de mapas digitales Google Maps. De acuerdo con estimaciones de los residentes, durante la temporada de lluvias este charco puede superar los 100 metros de longitud.
Otro problema que enfrentan los habitantes es la acumulación excesiva de basura en los contenedores. No sólo se ha rebasado su capacidad, sino que se usan inadecuadamente para desechar colchones y muebles, propiciando la presencia de roedores y animales callejeros.
Una de las afectadas es Lourdes, que habita en el primer nivel de un edificio contiguo a uno de los contenedores. Relató que los malos olores son tan intensos que no puede abrir las ventanas, ya que el hedor invade su vivienda. “He hecho llamados para que seamos más limpios, pero no hay apoyo”, expresó.