La pesca en Puerto Juárez vive uno de sus momentos más críticos, por baja producción, inseguridad, vedas prolongadas y condiciones climáticas adversas, comentaron los hombres de mar. Para muchos, la pesca dejó de ser una actividad que garantice el sustento diario, reconocieron Jorge y “Pavita”, quienes llevan décadas en el oficio. Integrantes de la cooperativa “Puerto Juárez” reconocieron que la caída en la captura redujo de forma severa los ingresos de las familias. “Hay días que los compañeros salen al mar y regresan sin nada. Antes, al menos alcanzaba para la comida diaria, hoy no se recupera ni lo que se invierte en gasolina”, dijo “Pavita”.
Informó que a veces tardan hasta tres días en altamar y no se recupera lo invertido en combustible. Indicó que deben buscar otras opciones de sustento, como lavar cascos de lanchas o pintarlas. Actualmente hay unas 150 familias que dependen de la actividad. Explicó que en temporada baja los compradores disminuyen la demanda y el precio por kilo se desploma, afectando principalmente a los que viven al día.
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Los hombres de mar recordaron que muchos han recurrido a préstamos informales para reparar motores, comprar redes o pagar combustible. Enfatizaron que a la mala situación se suman los robos de motores, cuyo valor es de 270 mil pesos, por lo que se quedan prácticamente sin posibilidad de salir a laborar. “A los compañeros les han robado sus equipos, otras lanchas botadas son porque el mal tiempo las rompe y no hay dinero para repararlas”, dijo Jorge, buzo y pescador.
Subrayaron que las condiciones climáticas adversas del 2025 y los cierres de puerto por frentes fríos o tormentas dejaron a las familias sin ingresos durante días o semanas. A ello se suman las vedas de especies clave, necesarias para la conservación, pero que no siempre cuentan con apoyos suficientes para los pescadores afectados, aunque reconocieron que las autoridades los apoyan con despensas.
Comentaron que ante la falta de alternativas, varios abandonaron la pesca y buscaron empleo en la construcción, el turismo o actividades informales, generalmente sin prestaciones ni estabilidad. Pescadores con décadas de experiencia aseguraron que las jornadas en altamar no garantizan ganancias. Hay días en los que regresan con redes vacías y cuando logran capturar producto deben venderlo a precios bajos, debido a la sobreoferta, reducción de compradores y competencia con producto foráneo, afirmaron.