Celebrar las fiestas no siempre está dentro de las posibilidades de las familias de Cancún. Motivos como la falta de recursos económicos, prioridades en otro tipo de necesidades, tener a la familia lejos, no tener un espacio del cual disponer para ello o incluso encontrarse en duelo por el reciente fallecimiento de miembros de la familia vuelven estas fechas de todo menos algo por lo que celebrar.
En un recorrido por la colonia irregular “El Milagro” en sus calles más profundas alejadas del centro de la población se pudo apreciar la forma de vida de algunas de sus familias y vecinos. En esta apartada zona de la ciudad no se cuenta con electricidad continua, agua potable, drenaje ni servicios de salud al alcance. Se vive de manera muy modesta y limitada, ya que en estas fechas de fin de año no hay mucho que celebrar.
Una de estas familias, conformada por la señora María Balcázar, quien es abuela de tres nietos de sus dos hijos, se queda al cuidado de los mismos mientras su esposo sale a recolectar leñas para vender y parte de lo que queda para uso en su hogar en la cocina para preparar los alimentos. La abuelita nos explica que desde hace algunos años se mudaron de Chiapas a Cancún para que sus hijos trabajen, pero estos al trabajar en la industria del turismo pasan la mayor parte de la semana fuera de casa.
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Para esta familia, las fiestas de fin de año no son algo lo cual se celebre de manera regular debido a las limitaciones que se tienen. Entre ellas está la falta de recursos para poder decorar su vivienda, colocar luces, adornos o comida para la cena. Se tienen prioridades más importantes como el rellenar parte de su terreno afuera de su casa para que puedan ampliar un cuarto, también se necesitan ropa y abrigos nuevos para los niños.
“No podemos celebrar con grandes cosas la Navidad porque no tenemos mucho dinero… a mis nietecitos sus papás les compran pequeños juguetes como carritos y peluches. Para la cena vamos a sacrificar un Pavo que lo criamos nosotros mismos” mencionó la señora María.
El dolor y la tristeza también embarga a su familia, ya que su hermano que era bastante mayor falleció el pasado septiembre por causas naturales. Sin embargo, su partida los dejó con un gran vacío que solo el tiempo y la redención podrán sanar. La señora María tiene la esperanza de que en algún momento puedan mejorar sus condiciones y de que sus nietos puedan pasar una Navidad en abundancia.
En otra colonia dentro de El Milagro vive la familia del señor Alexis Ortiz que es padre de dos adolescentes, el cual vive junto a sus hermanos que a su vez tienen a sus familias viviendo en una comuna. Al tener una mayor solvencia y contar con el apoyo de sus hermanos se pueden organizar para hacer una decoración más elaborada y poder comprar regalos como bicicletas, balones, patinetas e inclusive una motocicleta que será compartida entre sus hijos.
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De esta forma pueden llegar a tener unas fiestas decembrinas con un mayor sentimiento de armonía y convivencia entre las familias que se reúnen en el patio de sus viviendas y cada una de ellas aporta con comida para la cena, el material para la decoración, los regalos y lo que haga falta. “Gracias al apoyo de mis hermanos y sus familias podemos celebrar un poquito mejor las fiestas… es una costumbre que tenemos desde que éramos jóvenes. Nos reunimos hasta más de 25 personas en ambas cenas de Navidad y año nuevo” nos decía Alexis.
La venta y comercialización de productos navideños no ha despegado a pesar de solo faltar poco más de una semana para la Noche Buena. La joven Rosaura atiende su pequeño negocio de adornos navideños el cual está dentro de la papelería de su familia. A pesar de que ofrece precios accesibles en los productos no ha logrado un nivel de ventas como en años pasados.
Mientras que en la Navidad del año pasado obtuvo ventas de entre unos 800 a 1000 pesos al día entre regalos, series de luces, adornos y presentes, al momento de visitarle no había realizado ninguna venta. Esta situación la abruma, ya que había destinado parte de sus ahorros para la inversión la cual teme no recuperar.
“Es una lástima que este año no se hayan tenido buenas ventas. Tengo la esperanza que conforme se acerque la Noche Buena los vecinos hagan compras de último momento, pero como va la cosa parece algo imposible” destacaba la joven Rosaura.
Mientras tanto, los vecinos y familias de la colonia “El Milagro” se preparan para las fiestas de fin de año en un ambiente macado por las necesidades, carencias, desilusiones y hasta la desesperanza. Sin embargo, mantienen una positividad la cual esperan que para el año próximo su situación pueda mejorar.
