De enero del 2024 a la fecha, más de mil establecimientos afiliados a la Canaco han cerrado, afectados por un desplome en ventas, el avance de la delincuencia, la presión de las extorsiones, inflación y alza en impuestos.
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Los micronegocios, como tiendas de abarrotes, ropa y calzado, han sido los más golpeados, reveló la Cámara Nacional de Comercio y Servicios Turísticos (Canaco-Servytur). El organismo reportó una caída en ventas de entre 30 y 40% desde junio, sin expectativas de recuperación significativa durante diciembre, pese a la derrama de aguinaldos.
Hasta fines de noviembre pasado, han cerrado casi 500 negocios afiliados a la Canaco, mientras que en el 2023 se contabilizaron 535, explicó el dirigente. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Cancún cuenta con más de 13 mil establecimientos comerciales, aunque la Canaco advirtió que la cifra podría reducirse si no se fortalecen programas de capacitación, apoyo fiscal y estrategias reales para salvar a los micronegocios.
El líder de los comerciantes destacó que entre los factores de la crisis están la baja utilidad, descenso en el consumo, competencia creciente de supermercados y tiendas de conveniencia, así como la desventaja frente a comercios que operan sin regulación y ofrecen créditos o facilidades de pago. A ello, explicó, se suma la exigencia de instalar cámaras de videovigilancia, un costo más para quienes apenas sobreviven.
Mariana Gómez, dueña de una pequeña tienda de ropa en la Región 94, explicó que las ventas cayeron a la mitad desde el verano. “La gente ya no compra como antes. Prefiere los centros comerciales porque ofrecen meses sin intereses”, dijo y aseguró que ella no puede competir con eso.
Luis Hernández, propietario de una tienda de abarrotes, afirmó que la inseguridad es lo que más pesa. “Dos veces me robaron este año. Aparte vinieron a pedirme cuota. No puedo trabajar con miedo. Estoy pensando en cerrar”, afirmó.
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Rosaura Méndez, quien operó por siete años un pequeño local de papelería y regalos, decidió cerrar en octubre. “Pagaba renta, luz, insumos y cuando salió lo de las cámaras ya no pude más. Cerré para no endeudarme”, relató.
Para Héctor Martínez, comerciante de calzado, el problema es estructural: “Los grandes comercios vienen con promociones, precios más bajos y publicidad. Nosotros no tenemos cómo sostenernos si la gente ya no consume”.
JGH
