Un total de 50 habitantes pertenecientes a la comunidad de Canaán, un pequeño ejido en la Ribera del Río Hondo, son afectados por el abandono de las autoridades municipales, encabezadas por la alcaldesa Yensunni Martínez Hernández.
De acuerdo con los pobladores, la localidad enfrenta una crisis de servicios básicos que afectan su salud, seguridad y calidad de vida en general.
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Entre las principales carencias se encuentra el mal servicio en el suministro de energía eléctrica.
Así pues, doña Deysi R., habitante de del poblado, señaló que al menos 4 veces a la semana padecen de abruptos cortes de luz, que les impide disponer de energía eléctrica al menos durante 8 horas al día.
En ese sentido, destacó que las noches sin energía eléctrica son una tortura, pues su descanso y la calidad de sueño se ven afectados por la falta de ventilación, de manera que varias noches lidian con mosquitos y las altas temperaturas que se registran durante el día.
Con la ausencia de luz, el suministro de agua potable también es interrumpido. “El agua ya no es bombeada”, señala la abuelita, de manera que las familias se ven obligadas a recurrir a pozos a sus pozos de antaño o a comprar pipas a costos elevados.
Asimismo, la falta de alumbrado público también coloca a los habitantes en un estado de vulnerabilidad, pues durante las noches las calles permanecen completamente a oscuras.
Don Pablo, comerciante de semillas de calabaza o “chihuas”, como les llama, mencionó que, aunque hasta el momento no se han suscitado ningún hecho delictivo, la problemática debería atenderse, pues nunca falta quien aproveché de la falta de alumbrado público para llevar a cabo sus “fechorías”.
Don Pablo señaló que el pueblo se encuentra olvidado, y atribuyó el hecho a su lejanía con la capital de Quintana Roo, pues para viajar hasta el ejido se debe estar en carretera al menos 3 horas.
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El abuelito lo señaló como un “pueblo de paso”, pues los servicios básicos son tan precarios que muchos habitantes no permanecen bastante tiempo en el ejido, sino que terminan migrando a Chetumal o a un pueblo cercano con mayor cercanía a la capital del estado.
Destacó que él emigró desde el área limítrofe de Campeche hasta Canaán hace 7 años, no obstante, tras pasar varios años en el lugar se dio cuenta de que estaba “mejor” en su anterior poblado, pero ya tenía una “casita ahí”, mencionó el abuelito.
Destacó no existe cercanía entre la alcaldesa y el pueblo, lo cual criticó pues cuando fueron las votaciones ahí sí hubo “comunicación” con las autoridades.