Entre muros fríos y bajo la vigilancia permanente del sistema penitenciario, José de Jesús Mimbela López y Gabriela Alejandra Cuevas Díaz permanecerán privados de su libertad, al menos hasta este lunes, luego de que la Juez de Control determinara posponer la resolución de su situación jurídica.
Ambos están acusados del delito de feminicidio en grado de tentativa, un caso que ha vuelto a estremecer a la opinión pública por la crudeza de los hechos y la larga espera de justicia.
Durante la audiencia celebrada la tarde del sábado, los imputados fueron presentados ante la impartidora de justicia, en una diligencia marcada por la tensión y el peso de una investigación que se remonta a inicios de 2018, cuando —de acuerdo con la acusación— habrían planeado privar de la vida a Esbereidi Lozano, entonces pareja sentimental de Mimbela y madre de sus hijos.
Con voz firme y sin omitir detalles, el Ministerio Público del área de litigación dio lectura a la imputación, sustentada en una carpeta de investigación que, según se expuso en estrados, contiene un cúmulo de evidencias que apuntan a la presunta responsabilidad de ambos señalados.
Frente a este panorama, la defensa particular poco pudo hacer para contrarrestar la solidez del caso, limitándose a solicitar la ampliación del plazo constitucional con el argumento de analizar y, en su caso, presentar posibles pruebas en favor de sus representados. Aunque en los pasillos judiciales se percibe un ambiente de inminente definición y todo apunta a que Mimbela y Gabriela no abandonarán el Centro de Reinserción Social en muchos años, será hasta este lunes cuando se reanude la audiencia inicial y se determine formalmente su situación legal.
Para muchos, únicamente un giro extraordinario —casi milagroso— podría modificar el rumbo que hoy parece marcado. En medio del proceso, han circulado versiones sobre un supuesto perdón por parte de Esbereidi hacia José Mimbela; sin embargo, jurídicamente resulta complejo que tal escenario prospere. Al menos durante la audiencia del sábado, la asesora jurídica de la víctima se mantuvo firme, exigiendo que el caso avance y que los hechos no queden impunes.
La presencia de Esbereidi en la sala no pasó desapercibida. Aunque visiblemente nerviosa por momentos, su mirada se cruzaba de manera intermitente con la de Gabriela, la mujer que —según la acusación— intentó arrebatarle la vida mediante golpes con un martillo y detonaciones de arma de fuego, en un ataque que dejó huellas profundas, no solo físicas, sino emocionales.
Este lunes, el destino de los tres volverá a coincidir en la misma sala de audiencias. Esbereidi, Gabriela y Mimbela se verán nuevamente las caras, acompañados de sus respectivos abogados, ante una Juez de Control reconocida por su firmeza y por aplicar la ley sin titubeos ni concesiones. Por la amplia experiencia de la juzgadora y la solidez del proceso, se anticipa una audiencia sin sobresaltos ni maniobras dilatorias, con un desenlace apegado estrictamente a derecho. La expectativa es alta y el mensaje es claro: la justicia está en marcha y, este lunes, la ley estará en buenas manos.