La disputa entre los locatarios del mercado Ignacio Manuel Altamirano de Chetumal con una familia que también se dedica a laborar en el lugar se mantiene vigente, puesto que, contrario a lo que aseguró el secretario general del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, Luis Gamero Barranco, respecto a que se haría valer el reglamento en beneficio de todos los afectados -ya que la familia de comerciantes no lo respeta-, la situación continúa igual e incluso ha escalado hasta las agresiones físicas sin que las autoridades municipales hagan algo al respecto.
Se trata de una problemática que lleva alrededor de un año sin ser resuelta, la cual se originó luego de que una familia comenzara a vender en el mercado, pero sin respetar los giros de los locales que tienen, siendo esta la principal inconformidad del resto de locatarios, puesto que no respetan el reglamento y ninguna autoridad municipal hace que lo respeten.
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En ese sentido, fue en octubre pasado cuando algunos de los locatarios inconformes se reunieron con el secretario general del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, quien durante dicha reunión se comprometió a que se mediría cada uno de los puestos para que ningún comerciante esté ocupando más espacio del que le corresponde, así como se revisarían los giros para que se respete y no se perjudique a los demás locatarios.
No obstante, a dos meses de ello, la situación no sólo continúa, sino que la familia de comerciantes ha llevado la hostilidad a tal punto que incluso habrían agredido a la señora Lidia Peña, su madre y su hija, quienes también son comerciantes en el mercado. Al respecto, una de las afectadas señaló que en el momento que ocurrió la agresión incluso el administrador, Adrián Zepeda, estuvo presente y no hizo nada por apoyar a las afectadas.
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Asimismo, señaló que si bien acudió a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) para interponer la denuncia correspondiente, hasta el momento, no ha obtenido respuesta e incluso el médico que las valoró ni siquiera ha pasado nota de lo sucedido, de modo que por ese lado tampoco tienen el apoyo de las autoridades, mientras que a las agresoras les recomendaron que también denuncien como si ellas fueran las agraviadas.
Como otro más de sus intentos por ser escuchadas, las afectadas acudieron en busca de la presidenta municipal, Yensunni Martínez, sin embargo, no fueron recibidas por ella, a diferencia de la familia agresora a quien sí escuchó.
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De modo que tanto las afectadas como otros locatarios que se han visto afectados, señalan un posible contubernio entre la familia de comerciantes y las autoridades municipales, ya que ante cualquier problemática o queja sólo escuchan a dicha familia e ignoran los reclamos e inconformidades de los demás, quienes en los más de 20 años que llevan trabajando en el mercado no habían tenido que pasar por situaciones similares hasta que llegó la familia señalada, que, además, se regocija de lo que hace frente a los afectados.