
Conductores reportaron la presencia de un volquete en la carretera que va de Chetumal a Bacalar que circulaba sin la debida precaución, toda vez que cargaba material pétreo y no llevaba lona que tapara la parte superior de la caja, poniendo en riesgo al resto de automovilistas que viajaban en la misma carretera, además de que señalaron que viajaba a una velocidad alta e impedía que lo rebasaran.
De acuerdo con automovilistas que transitaban en el tramo carretero Chetumal-Bacalar, durante el trayecto también circulaba un volquete lleno de material pétreo el cual puso de nervios a los conductores al no llevar la lona que debería cubrir la caja para evitar que las piedras salieran volando por la velocidad con la que manejaba, y cuando los automovilistas intentaban rebasarlo con el fin de ponerse a salvo del peligro que representaba, el conductor del volquete aceleraba la velocidad para impedirlo.
En ese sentido, uno de los conductores que circulaba por ese tramo carretero mencionó que el cristal panorámico de su vehículo resultó dañado a causa de las piedras que volaban del volquete, por lo cual todos los afectados hicieron un llamado urgente a las autoridades para que tomen cartas en el asunto y se aseguren de que los volquetes siempre viajen con las debidas precauciones, ya que ponen en riesgo la integridad de los demás conductores.
Asimismo, señalaron el incumplimiento de las autoridades respecto a los volquetes, ya que desde la construcción del Tren Maya se presentaron problemas con este tipo de vehículos de carga por la misma razón y las autoridades aseguraron que se encargarían de regularlos, ya que durante ese tiempo llegaron a registrarse incluso decesos por los descuidos de los chóferes de los volquetes, como fue el caso de una mujer a la que le cayó una piedra, rompiendo el parabrisas de su automóvil y cobrando su vida.
De igual manera, señalaron que muchos de los accidentes ocurridos en carretera se deben a la gravilla suelta que hay, la cual se cae de los volquetes que viajan sin la lona y van tirando el material pétreo por todo el camino, de modo que los motociclistas y automovilistas se ven afectados de manera posterior al circular por los caminos donde se queda regada la gravilla.