
De poco más de mil 200 productores del programa “Sembrando Vida”, menos del 10 por ciento cuenta con pozos y sistemas de riego para atender sus plantaciones y enfrentar la sequía que afecta la producción local, señalaron los propios beneficiarios, quienes añadieron que se mantienen a la espera de las lluvias para iniciar la siembra de maíz de temporada.
Por ahora, la actividad agrícola se ha visto mermada. Cultivos como sandía, melón y calabaza no han rendido lo esperado. Aunque algunos han obtenido cosechas mínimas que les permiten recuperar parte de la inversión, no todos han podido sembrar debido a la falta de infraestructura, según expresaron los campesinos, quienes también aguardan los apoyos solicitados al Gobierno del estado.
En su momento, el delegado de las casas de aprendizaje del programa, Olegario Canul, indicó que sólo una minoría de los participantes cuenta con pozos y riego tecnificado; el resto busca alternativas para mantener sus parcelas, como acarrear agua desde largas distancias, lo que ha generado severas afectaciones en plena temporada de sequía.
Los cultivos exhibidos en la expo feria, como sandía, melón y calabaza, han enfrentado dificultades ante la falta de precipitaciones. Algunos productores han logrado sostener su producción accediendo por cuenta propia a pozos profundos, superando diversos obstáculos para no perder la temporada.
En la cabecera municipal, los campesinos insistieron en la necesidad de programas más concretos para el campo, que les permitan acceder a infraestructura como sistemas de riego y perforación de pozos, más allá de apoyos menores como herramientas. Señalaron que, en estas condiciones de sequía, lo más urgente es contar con agua para sus cultivos.

En la zona sur del municipio, los beneficiarios del programa y otros productores señalaron que esperan las primeras lluvias de mayo para poder sembrar maíz de temporada, y que las precipitaciones de junio les permitan cosechar.
El acceso complicado a sus comunidades, sumado a suelos pedregosos y otros factores, ha impedido la perforación de pozos que garanticen la continuidad de la producción en parcelas dedicadas al maíz, sandía, frijol, chives y calabaza, productos destinados tanto al autoconsumo como a la venta o al intercambio de semillas con otros agricultores de la región.