En el transcurso del 2025, más de 100 personas fueron reportadas como desaparecidas en el municipio, de acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda y el Registro Nacional de Personas No Localizadas.
Entre los casos recientes se encuentra el de Fátima del Carmen May Ovando, una menor de 16 años vista por última vez el 3 de diciembre en el municipio, por lo que la Fiscalía General del Estado activó las fichas de búsqueda Amber y Alba.
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Esta tendencia preocupa a padres de familia, autoridades y colectivos, quienes advierten un incremento particular en casos que involucran a jóvenes menores de edad.
Según la ficha de localización, Fátima es de nacionalidad mexicana, tez morena, complexión media, cabello lacio negro a la altura de los hombros, ojos negros, estatura aproximada de 1.50 metros y un peso cercano a los 70 kilogramos.
Como seña particular presenta un lunar grande en la pierna derecha, en la parte externa. Al momento de su desaparición se desconoce cómo iba vestida.
La preocupación por desapariciones en Playa del Carmen no sólo se intensifico por el número de casos, sino también por la expresión pública de temor, indignación y exigencia de acción por parte de colectivos, familias y ciudadanos, quienes cuestionan la eficacia de las autoridades.
Organizaciones como Siempre Unidas denunciaron un alarmante incremento de desapariciones de mujeres y adolescentes, muchas de ellas vinculadas, según sus miembros, a redes de trata de personas; aseguran que detrás de muchos casos hay engaños a través de redes sociales y que las víctimas suelen ser jóvenes vulnerables.
En su manifestación del 25 de noviembre de 2025 en Playa del Carmen, Siempre Unidas entregó un pliego petitorio a autoridades estatales y municipales, advirtiendo que las desapariciones no son incidentes aislados, sino parte de un patrón sostenido de violencia contra mujeres, niñas y adolescentes, y exigiendo acciones concretas, transparencia en las investigaciones y protocolos sensibles al género.
Por su parte, colectivos de búsqueda como Madres Buscadoras de Quintana Roo cuestionaron la respuesta institucional a la crisis; denuncian que muchas desapariciones no son denunciadas formalmente por miedo o desconfianza, lo que genera subregistro.
Además, señalan que los operativos de búsqueda y la identificación forense son insuficientes.
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En la población se percibe temor y desconfianza hacia las autoridades. Algunas personas consideran que muchos casos se invisibilizan por la falta de seguimiento, o incluso por negligencia del sistema forense.
En foros y redes de residentes, un sentimiento recurrente es que “las desapariciones aumentan, pero las búsquedas no se ven”; muchos creen que el Estado no asume su responsabilidad con la urgencia que exige la crisis.
En este contexto, los ciudadanos, colectivos y organizaciones piden que los gobiernos implementen programas de prevención, que fortalezcan los procesos de investigación, y que atiendan con prioridad las desapariciones, especialmente de mujeres y jóvenes, pues cada día sin respuesta significa una familia en incertidumbre y una comunidad con miedo.