Síguenos

Quintana Roo / Sucesos

Vidas truncadas por la violencia juvenil: Menores quintanarroenses son atrapados por el crimen organizado

En Quintana Roo, menores vulnerables encuentran en la delincuencia una salida influenciada por abandono, violencia y deseo de pertenencia.
Algunos opinan que este problema social comienza  fuera del hogar, cuando los muchachos están expuestos.
Algunos opinan que este problema social comienza fuera del hogar, cuando los muchachos están expuestos. / POR ESTO!

La necesidad de ser aceptados, un estilo de vida fácil, seguir “las modas” y, principalmente, el deseo de venganza son algunas de las causas que llevan a niños y adolescentes en Quintana Roo a vincularse con grupos criminales y actividades ilegales, según autoridades municipales, profesores, padres de familia y un exconvicto que hablaron en exclusiva para PorEsto! “Hace falta un esfuerzo conjunto, una tarea de todos y una postura más firme para evitar que los jóvenes sigan modelos que los pueden llevar a prisión o incluso a perder la vida”, señalaron.

“Mi niña no se metía con nadie y le tocó pagar por los errores de otros. Fueron extorsionadores los que nos quitaron la vida; son unos escuincles que hoy me tienen muerta en vida. Su mamá me pidió que me pusiera en sus zapatos, que no los denunciara. Ahora sí le importaban, cuando todo el tiempo los trató mal. Después me amenazaron”, relató Carmen, madre de una víctima colateral.

Niños y jóvenes en pobreza extrema son presas para la delincuencia organizada

Noticia Destacada

“Aprovechan su vulnerabilidad": Especialistas piden intervención ante casos de menores reclutados por el crimen organizado en Cancún

Actualmente, el Centro de Ejecución de Medidas para Adolescentes alberga a 40 internos, cifra que representa menos de una cuarta parte de la población total de Personas Privadas de la Libertad (PPL) en el estado. Los menores fueron ingresados por delitos como robo, asesinato e incluso secuestro agravado. Aunque en comparación con los adultos son menos, deberían estar disfrutando de su libertad, desarrollándose en entornos sanos y seguros, con metas claras para el futuro, coinciden otros jóvenes que han conocido casos de violencia relacionados con menores de edad.

Eran el terror de la zona

Carmen es madre de cuatro jóvenes; lamentablemente, solo tres siguen con vida. Una de sus hijas fue asesinada en Quintana Roo. Sus homicidas la conocían, pues crecieron juntos. Aunque no eran amigos, se veían a diario por ser vecinos. Una noche, la atacaron. Quizá no era su objetivo, pero estuvo en el lugar y momento equivocados. Lo cierto es que, pese a su corta edad, portaban armas y en repetidas ocasiones las accionaron.

“Siempre estaban a la defensiva. Mis hijos mayores se juntaban con ellos, pero se alejaron cuando empezaron a consumir marihuana. Desde que recuerdo, sus papás eran muy violentos, los trataban con dureza. Creo que esos muchachos liberaban su coraje con los chicos de aquí: les pegaban, les quitaban sus pertenencias y ahora ya matan”, relató Carmen.

Se busca evitar que  sigan modelos que los  pueden llevar a prisión o  incluso a perder la vid
Se busca evitar que sigan modelos que los pueden llevar a prisión o incluso a perder la vid / POR ESTO!

Ella asegura que era un secreto a voces el camino delictivo de esos menores, quienes, al llegar a la adolescencia, ya causaban temor en su colonia. Nadie se atrevía a acercarse a sus padres para pedirles que actuaran con mayor firmeza, pues criaron a sus hijos con gritos y golpes. Para entonces, ya nadie los podía encauzar. Muchos pensaban que terminarían muertos o encarcelados, cuando de pequeños ladrones se convirtieron en extorsionadores.

Carmen cree que los asesinos de su hija pasaron de víctimas a agresores por crecer en un ambiente sin respeto, amor ni valores, donde reinaban los golpes y las humillaciones, aunado al abandono de sus padres. Aclara, sin embargo, que nada justifica lo que hicieron. No solo le arrebataron a su hija y su paz, también enterraron parte de su vida.

Ese día trágico, la madre de los homicidas se acercó a Carmen. Mientras se desarrollaba el operativo de búsqueda, el cuerpo de la joven yacía a pocos metros de ambas. Solo recuerda que le dijo: “Eres madre, ponte en mi lugar, ¿qué harías tú?”. Era tanto el dolor de Carmen, que no pudo reaccionar; solo deseaba abrazar a su hija, levantarla y llevársela a casa.

La investigación sigue abierta, por lo que no puede compartir más detalles, pero asegura que no es capaz de ponerse en los zapatos de la madre de los homicidas.

Al detectarse delitos en los centros educativos se imparten talleres  de prevención, consecuencias legales y repercusiones psicológicas
Al detectarse delitos en los centros educativos se imparten talleres de prevención, consecuencias legales y repercusiones psicológicas / POR ESTO!

Un malhechor, ¿nace o se hace?

Profesores de secundaria, padres de familia y policías tienen opiniones divididas sobre cómo prevenir la delincuencia juvenil.

Algunos opinan que todo empieza fuera del hogar, cuando los menores se relacionan con personas sin principios. A esto se suman factores como la ausencia de los padres que trabajan largas horas, la falta de comunicación y confianza, así como los matrimonios prematuros que crían hijos sin límites, quienes crecen expuestos a la vulgaridad, violencia y banalidad promovida por redes sociales, normalizando conductas agresivas como si se tratara de una “moda”.

Las autoridades han detectado a adolescentes involucrados en la distribución de drogas, siguiendo el ejemplo de sus progenitores. Otros, como los asesinos de la hija de Carmen, ya representan un conflicto en sus comunidades. Son reclutados por distribuidores porque el crimen organizado ha identificado en ellos un mercado propicio: jóvenes curiosos por nuevas experiencias, dispuestos a consumir o vender a cambio de una pequeña ganancia.

Por eso, se organizan charlas entre autoridades, educadores y familias. A medida que se detectan delitos en las escuelas, se imparten talleres sobre prevención, consecuencias legales y efectos psicológicos.

Factores como la ausencia de los padres  que trabajan largas horas, la falta de  comunicación y confianza, influyen.
Factores como la ausencia de los padres que trabajan largas horas, la falta de comunicación y confianza, influyen. / POR ESTO!

Además, señalan que no solo hay menores vendiendo drogas. Existen también agresores que, mediante el acoso escolar llamado bullying, causan daño emocional a sus compañeros. Esto puede alejarlos de sus aspiraciones, derivar en futuros padres violentos o, en el peor de los casos, convertirlos en criminales como los que mataron a la hija de Carmen.

Por ello, los padres deben fomentar un ambiente de confianza. Aunque los docentes pueden servir de apoyo ante contextos familiares difíciles, no siempre es posible. A pesar de que padres, maestros y autoridades colaboran desde sus ámbitos, aún existen vacíos por atender. Insisten en la necesidad de estrategias y sanciones más firmes, sin violar derechos, para encauzar a los jóvenes.

¿Qué piensan los  adolescentes?

Aunque los padres de familia, maestros y autoridades han identificado diversos factores que derivan en la delincuencia juvenil, algunos adolescentes entrevistados con el consentimiento de sus tutores consideran que no siempre hay una influencia externa. Aseguran que cada quien tiene conciencia y, aunque vivan en ambientes nocivos, saben distinguir entre el bien y el mal. Es una decisión personal elegir el camino del crimen.

No creen en el dicho “dime con quién andas y te diré quién eres”. Entre su círculo de amistades hay quienes acosan, roban o consumen drogas, pero afirman que eso no los ha llevado a actuar igual. Al ser cuestionados sobre si son conscientes que de manera indirecta podrían ser cómplices de un delito, prefirieron no opinar.

Existen también agresores que, mediante el acoso escolar  llamado bullying, causan daño emocional a sus compañeros.
Existen también agresores que, mediante el acoso escolar llamado bullying, causan daño emocional a sus compañeros. / POR ESTO!

La vida en la cárcel

Toño pasó tres años en la prisión por vender droga. Ahora, que pagó su deuda con la sociedad, compartió que era un joven a quien buscaban cuando había problemas. Era el malo de su colonia, al que todos respetaban. Nunca se fijó una meta. Vivía sin reglas; solo se fue enrolando en peleas callejeras y cuando se dio cuenta ya era “alguien” dentro del mundo criminal.

Su ego, falta de consciencia, o el sentirse intocable, lo llevaron a crearse una fantasía que se desmoronó en una pequeña celda compartida con otros reclusos que ni lo respetaban y mucho menos le temían, ya que ahí todos son iguales.

“Adentro, todos los días alguien te recuerda que no vales nada como persona, por eso estás ahí. En este ambiente no hay familia, amigos y mucho menos aliados, y de eso me di cuenta desde que me detuvieron. Me dejaron solo. El primer día de visita nadie llegó a verme”, recordó.

Desde 2018, autoridades buscan entender cómo se transita de la infancia a la delincuencia, especialmente cuando la fi gura paterna hereda esta actividad a sus hijos.

Noticia Destacada

Jóvenes de Quintana Roo “escalan" cada vez más a la delincuencia y al narcotráfico

Él no era un capo de la droga para la célula delictiva dedicada a la venta de sustancias prohibidas, Toño solo era uno más, alguien que podía hacer el trabajo sucio por conocer su territorio y causar temor entre la gente; un chivo expiatorio y, como cualquier narcomenudista, era desechable.

“En la cárcel, hasta el más fuerte llora. Ahí no existen los valientes; no vives, sobrevives. Me di cuenta de que me hacían lo mismo que yo le hacía a los demás. Le pedí perdón a la policía pensando que me soltarían, pero no se trata de solo palabras vacías: hay que sentir de verdad el arrepentimiento y pagar por tus errores”, explicó.

Toño sintió en carne propia los efectos que causó en otros con sus actos. Ya, ya no era valiente, lloraba en silencio, le habían perturbado la tranquilidad. Todo el tiempo se cuidaba la espalda; no podía dormir pensando en que alguien con más poder le quitaría la vida. Ahí le tocó ser la presa y no el cazador, como estaba acostumbrado.

Es fundamental la presión de los tutores sobre sus hijos, desde  ahí se rompe el lazo y la confianza, lo que forja el mal camino.
Es fundamental la presión de los tutores sobre sus hijos, desde ahí se rompe el lazo y la confianza, lo que forja el mal camino. / POR ESTO!

“Mi mamá todo el tiempo me decía que me portara bien. Cuando los vecinos se quejaban de mí, yo solo me reía y le decía que no hiciera caso. La única vez que fue a visitarme a la cárcel, me dejó claro que estaba solo, que a partir de ese día ya no contaba con mi familia. Sólo dos de mis hermanas estuvieron pendiente de mí, pero tampoco fue fácil para ellas. Por creer ser el más chingón, le robé la tranquilidad a mucha gente, le arrebaté la infancia a varios niños con las drogas. Cuando salí, me di cuenta que la gente me tenía miedo, no respeto”, confesó.

Aunque padres, jóvenes, maestros y autoridades comparten visiones distintas, todos coinciden en que la niñez se fractura fuera del hogar. Para Toño, todo empieza con la falta de atención en casa. Dice que es fundamental la presión de los tutores sobre los hijos, desde ahí se rompe el lazo y la confianza, lo que forja el mal camino.

Los chicos deberían desarrollarse en entornos sanos  y seguros, con metas claras para el futuro.
Los chicos deberían desarrollarse en entornos sanos y seguros, con metas claras para el futuro. / POR ESTO!

“El único consejo que podría darle a los jóvenes, es que no somos superhéroes por portar un arma de fuego, robar o pelear. Romper las reglas no te deja como el más malo; al contrario, la gente te utiliza porque no vales nada para nadie. En la cárcel no están tus padres para cuidarte cuando un preso te dice que serás su esposa, ni cuando entre varios abusan de ti, solo por diversión, porque les encanta verte llorar. Eso es darles motivos a que hagan contigo lo que sea para recordarte que estas pagando por tus malos actos. Por eso siempre escuchen a sus padres cuando digan que algo está mal”. finalizó Toño.

Siguiente noticia

Motociclista termina gravemente lesionada tras ser embestida por un vehículo en Tulum