
Si solo tienes un día para recorrer la capital campechana, no te preocupes: la ciudad ofrece una experiencia completa que combina patrimonio histórico, riqueza cultural, gastronomía local y paisajes inolvidables. Desde sus murallas coloniales hasta sus sabores del mar, Campeche invita a descubrirla paso a paso.
Mañana entre murallas y plazas coloniales
La jornada comienza en el Centro Histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus calles empedradas y fachadas color pastel evocan el esplendor virreinal de una ciudad que fue clave en el comercio marítimo del Golfo de México.

Uno de los puntos imperdibles es la Plaza de la Independencia, corazón de la ciudad, donde se ubican la Catedral de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, el Centro Cultural Casa No. 6 y el antiguo Palacio Municipal, hoy convertido en espacio cultural. El ambiente matutino se llena de vida con puestos ambulantes, música y visitantes que buscan capturar la esencia campechana.

Después, vale la pena recorrer los baluartes y murallas que protegían la ciudad de los ataques piratas en el siglo XVII. El Baluarte de San Carlos, convertido en Museo de la Ciudad, y el Baluarte de la Soledad, sede del Museo de la Arquitectura Maya, ofrecen vistas panorámicas y exposiciones que conectan el pasado colonial con el legado prehispánico.
Tarde de cultura maya y sabores del mar
Por la tarde, el recorrido continúa hacia el Fuerte de San Miguel, ubicado en las afueras de la ciudad. Esta fortaleza del siglo XVIII alberga el Museo de la Arquitectura Maya, con piezas arqueológicas provenientes de sitios como Edzná y Calakmul. Las estelas, esculturas y objetos ceremoniales permiten comprender la cosmovisión de los antiguos mayas.

La pausa gastronómica es obligada. Campeche es reconocida por su cocina basada en mariscos frescos y recetas tradicionales. El pan de cazón, las empanadas de cazón, el pulpo en su tinta y los tacos de camarón son algunos de los platillos que puedes disfrutar en fondas, restaurantes o mercados locales. Muchos establecimientos ofrecen también bebidas típicas como el pozol o aguas frescas de frutas regionales.

Antes del anochecer, un paseo por la Calle 59 es ideal. Esta vía peatonal conecta el centro con el mar y se transforma al caer la tarde: tiendas de artesanía, galerías, cafeterías y bares abren sus puertas para recibir a locales y turistas. La iluminación nocturna y la arquitectura colonial crean una atmósfera única.
Noche de atardeceres en el Malecón

Para cerrar el día, nada como caminar por el Malecón de Campeche, uno de los más bellos del país. Con vistas al Golfo de México, esculturas emblemáticas y espacios para descansar, este paseo marítimo es el lugar perfecto para admirar el atardecer, hacer ejercicio o simplemente contemplar el horizonte.
Campeche, con su mezcla de historia, sabor y tranquilidad, demuestra que un solo día basta para enamorarse de su esencia, aunque siempre deja ganas de volver.