TIZIMIN, Yucatán, 30 de agosto.- El invidente José María Chan y su hermano Luis Fernando, que cuenta con problemas de intelecto, continúan haciendo hasta lo imposible por tener un empleo fijo y seguro.
A lo largo de sus vidas han vendido paletas, saborines, ropa y ahora dulces, pero simplemente por la discriminación no logran obtener un trabajo estable, pues no los contratan por sus limitantes.
Su preocupación es porque saben que esos trabajos no durarán mucho, como les ha sucedido, por lo que anhelan una fuente laboral estable y digna.
Ambos han cursado su formación en conocida escuela de educación especial, por lo que cuentan con grandes conocimientos, habilidades y destrezas, sobre todo, comunicativas y de respeto hacia los demás.
Esto resulta triste, ya que las personas con capacidades especiales en esta ciudad no tienen oportunidad de ser independientes ganándose la vida con un trabajo digno, y, por tanto, se ven sumidos en las limitantes de su situación que les impide poder salir adelante y poder aspirar como las personas comunes a desarrollarse en un ambiente laboral que les permita ganar el dinero para salir de la pobreza.
Las oportunidades no existen para ellos, por lo que no tienen la posibilidad de forjar su prosperidad futura.
(POR ESTO! / Corresponsalías)