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Yucatán

Violencia encubierta y cotidiana no se combate

Aun cuando en Yucatán no existe la violencia abierta de los cárteles del narcotráfico y el crimen organizado, sí existe un tipo violencia encubierta y cotidiana que no se combate y que tiene dos gravísimas formas de manifestación: una es la que se da en las casas de las familias, donde por falta de programas para combatirla permanece durante años causando estragos en el desarrollo de niños y jóvenes; otra es la violencia que sólo se descubre hasta que suceden los feminicidios.

Eso afirmó ayer el psiquiatra Arsenio Rosado Franco, quien subrayó que lamentablemente no hay políticas públicas para enfrentar estos dos flagelos, y consideró que no se debiera esperar a que haya más muertes para decretar la Alerta de Género, medida que debe verse como una forma de obtener recursos para combatir estos tipos de violencia que cada día son peores y se han vuelto prácticamente imparables.

-¿Qué habría que hacer para enfrentar este problema? –preguntamos.

-Primero hay que hacer una investigación de campo bien hecha para saber cuáles son las causas de tanta violencia y, con ello, establecer políticas públicas. Yo como gobernante no puedo hacer políticas individuales. O sea, si en un momento dado hay una falta de educación y cultura, pues hay que empezar a incidir mucho en las políticas educativas; para empezar, en las políticas de salud, en la detección de casos de violencia en las escuelas, en los hospitales. Saber hacer una política integral para atender el problema de la violencia encubierta. Tal vez en otros lados vemos violencia abierta en cuanto a cárteles del narcotráfico, en cuanto a esto, pero a veces pues no vemos la violencia interna en la familia.

Seguimiento

Segundo: en el caso del feminicidio, obviamente hay que ver y estudiar cómo prevenir. Si como me comentabas antes sí había antecedentes de que alguien ya había intentado hacerlo, pues el problema es que no hay seguimiento. Si no tenemos un seguimiento en una persona que ha delinquido y no se rehabilita, pues va a volverlo a hacer. ¿Y cuántos están así: que salieron libres sin rehabilitación?

-Son cientos, lo vemos todos los días en las noticias.

-El problema yo creo que empieza desde allá: uno, desde hacer programas preventivos, de expresión primaria para combatir violencia de género. Dos, hacer programas de prevención secundaria. La gente que ha estado sometida a violencia o la gente que es capaz de cometer violencia debe tener un seguimiento adecuado. Y tres, prevención terciaria también: si hay elementos suficientes para considerar que hay que hacer algún tipo de restricción, pues hay que hacerlo.

La parte de ojo por ojo y diente por diente no funciona. Tenemos que tener una sociedad que sea civilizada en el sentido de que se respeten las leyes y que haya realmente programas para eso. Si no tenemos un programa de prevención de adicciones, si no tenemos un programa de prevención de violencia, si no tenemos un programa educativo contra todo eso, si no estamos realmente detectando a las personas en riesgo o que pueden ser vulnerables para esto, no estamos haciendo políticas de salud pública.

Ventajas de activar la Alerta de Género

En este punto, Rosado Franco señaló:

-Yo creo que una cosa importante es sí, activar la Alerta de Género de lo que pasó para que haya recursos, si yo activo una alerta tengo recursos, entonces puedo invertir en lo que es la investigación, la prevención, la atención de problemas sociales.

-¿O sea, que la Alerta de Género que no se activó se debió decretar?

-Sí, yo creo que es algo que estamos viendo. Y no hay que esperar a que haya las muertes. Lo estamos viendo diario. Esa violencia es cotidiana en todos los aspectos. En las empresas, en las casas, en las familias, es una violencia que vemos todo el tiempo, toda la vida. Yo creo que el error es de una manera esperar a que haya muertos, en situaciones tan dramáticas para alertar.

-¿Qué tendría de bueno la Alerta de Género?

-Yo creo que tener una alerta implica que la gente se pone a trabajar en esto. Implica que la gente tiene que tener un recurso extraordinario, para que los investigadores sociales, la gente que se dedica, antropólogos, sociólogos, se dediquen a buscar la causalidad. Si yo tengo un fenómeno, tengo que ver cuáles son las causas, y tengo que combatir las causas. Normalmente las causas son psicosociales. ¿Cuáles son las causas sociales que tengo que atender?

-Y económicas, ¿no?

-Sí. Ahí va: o sea, si hay pobreza, si hay falta de educación, si hay en un momento dado todo un sistema establecido de normalización de la violencia, obviamente eso va a continuar. En el momento en que creamos metas más a largo plazo, empezamos a detenerlo. El que haya pasado esto, si tuviéramos una alerta, implica que podemos hacer planeación a largo plazo. Esto no se va a resolver en un año, dos años, cinco años, creo que se va a resolver a través de una generación, pero si no empezamos nunca se va a resolver.

-¿Por qué las autoridades no decretan la Alerta de Género?

-Habría que preguntárselos.

Cambiar la estrategia

-¿Será que les preocupa que se vea a Yucatán como un Estado violento? ¿O un Estado donde las autoridades no están haciendo lo suficiente? ¿Qué es lo que sucede?

-Yo creo que sí tiene que ver mucho con esta parte de evaluación y políticas. El hecho de que existan mecanismos nacionales e internacionales, implica que tengo yo que resolver. Yo creo que obviamente, si yo estoy a cargo de un programa o si no está funcionando, voy a sentir que voy a ser criticado al no poder cumplir mi función, pero es tan complejo eso que no hay que pensar en culpas, sino en responsabilidades. Si de alguna manera las cosas no están funcionando, tengo que cambiar la estrategia. Y creo que ese es el problema. Entonces hay que contratar gente que realmente sepa de esto. Yo puedo tener una visión muy sesgada por mi carrera, pero hay gente que es experta en estos temas, y a esta gente si no la tenemos en Yucatán hay que traerla, y hay que integrarlos con los que tenemos y habrá que integrarlas y, a partir de eso, hacer un programa estatal, un programa nacional que pueda combatir este flagelo tan fuerte. Pero si yo oculto los datos, si yo digo no existe, no está pasando nada, no intervengo.

-Doctor, ¿una Alerta de Género ayudaría a estudiar la violencia intrafamiliar y a tomar medidas contra ella? Porque me contaron que en Yaxcabá y otros municipios es gravísimo el problema de la violencia intrafamiliar, sobre todo los fines de semana que es cuando regresan a sus casas los trabajadores de la construcción, pues llegan ebrios y sin dinero a insultar y golpear a sus mujeres y a sus hijos. ¿Se enfocaría una solución para eso con la Alerta de Género? Porque en Yucatán, a pesar de que el alcoholismo es un grave problema social, no existe programa alguno para combatirlo.

-Claro, definitivamente, son conductas que se repiten. Si yo no cambio ese sistema desde la base se va a perpetuar. Los sistemas se van aprendiendo, se van imitando. Y obviamente con todos los factores que inciden en la violencia, como es el alcoholismo, la farmacodependencia, la pobreza, la migración, la falta de arraigo, la falta de identidad, todo lo que tiene que ver con conductas que no se han atendido, obviamente se replican los ciclos. Esto es algo cultural. Hay que romper las cadenas. La gente va a imitar lo que ve en la casa. Los niños van a aprender en la casa con el ejemplo, pues el niño lo va a tender a imitar, y si la mamá permite que esto pase va a ser tolerado.

El tejido social está alterado

El Dr. Arsenio dijo también:

-Yo creo que desde ahí hay que empezar a hacer mucha conciencia. Incluso nosotros sabemos que familias caóticas, con abuso sexual, con abuso físico en la infancia, generan muchos problemas psiquiátricos y psicológicos en los jóvenes, muchos. Entonces de entrada, si este tejido social está alterado y no se hace nada por mejorarlo, vamos a continuar. Y aunque hagamos de alguna manera campañas de detección, si no nos vamos a lo básico eso va a continuar. Yo creo que con el mero hecho de que yo pueda en un momento dado abrir el problema, aceptar que hay un problema, ya empiezo a cambiarlo. Pero mientras yo niegue que hay un problema, no lo cambio. Entonces yo creo que el primer punto es aceptar que hay un grave problema de violencia intrafamiliar y de género en Yucatán, y si ese grave problema que tenemos de género y de violencia familiar existe, hay que empezar a hacer todo lo posible por empezar a erradicarlo, transformarlo, cambiarlo, educar, yo creo que lo primero es cambiarlo desde la base. Pero si supuestamente no existe porque no se acepta que existe, no se puede cambiar.

Necesitamos que se hagan realmente programas con los especialistas adecuados, con mesas interinstitucionales donde todos puedan intervenir, entonces es una cosa que tiene que ver con la sociedad en su conjunto, y a todos nos afecta en mayor o menor medida. O sea, todos tenemos que aportar nuestro granito para hacer esto.

-¿Por qué existe la violencia de género? ¿Por qué los hombres somos más violentos?

-El hombre es más propenso a la violencia por su naturaleza, y esa naturaleza se tiene que controlar y tiene que haber una serie de programas para que esto cambie. No cambia solo.

A veces se hacen reportes, se detecta que existe y se ve que hay una relación causal entre abuso y violencia familiar con trastornos mentales. Entre violencia de género y trastornos mentales, pero realmente nada más se hace la asociación que existe, pero no hay un programa dirigido a prevenir esto, a combatir esto, a cambiar y transformar esto. Mientras no tengamos un programa que ataque la causa de esta violencia se va a seguir replicando.

No parará la violencia

-Entonces va a haber más familias desintegradas y más niñas y más mujeres asesinadas?

-Lamentablemente. Por eso urge combatir las causas.

-Dicen algunas pensadoras que el sistema patriarcal tiene que ver con la violencia de género. ¿Es así?

-Sí, desde luego.

-¿Sí genera violencia?

-Sí, desde luego, sí genera violencia. Pero no es tanto el cambio de un nombre, es el cambio de un sistema desde todos los puntos de vista. Por ejemplo, vemos que hay algunos cambios en cuanto al trabajo, hay avances en varias áreas, en votación, en equidad de género, en políticas públicas, en cuanto al trabajo, todo eso es un avance, pero falta mucho por hacer para que haya una equidad en oportunidades entre hombres y mujeres. Pero también tenemos que ver que el hombre es más propenso a la violencia y tiene que haber una serie de programas para que esto cambie.

Cambiaron los vikingos, podemos nosotros

Continúa el Dr. Arsenio:

-Si nos vamos a la antigüedad, los vikingos antes eran gente tremendamente violenta que conquistaba pueblos. Hoy en día entre los países más civilizados están los escandinavos y, de hecho, son los que tienen más equidad de género, precisamente porque ha habido un avance en cuanto a educación. Entonces yo creo que los cambios sí se pueden dar a través de políticas públicas que incluyan primero el darse cuenta. Si yo niego algo, si no lo acepto, no lo cambio. Y darme cuenta implica decir: OK, lo acepto: ¿Qué más sigue? ¿Cómo voy a cambiar esto? ¿Voy a educar mejor en la familia, voy a tener esto en mis programas educativos, voy a hacer una campaña dentro de las familias contra la violencia? Yo creo que implica mucha planeación, e implica también que haya mucha gente involucrada trabajando.

Pero hay que empezar a hacerlo ya, hoy mismo. La gente tiene derecho a vivir una vida mejor, una vida sin violencia que no solamente esté plasmada en el papel, en las leyes, sino en la realidad cotidiana de las familias y la sociedad.

(Roberto López Méndez)

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