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Deforestación, por los cuatro puntos cardinales de la urbe

La deforestación es una constante por los cuatro puntos cardinales de Mérida, en tanto que las labores de reforestación siempre van a la zaga.

El problema es más patente en el Poniente de la ciudad, pues según la Dirección de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Mérida, tan sólo en Ciudad Caucel I y II se ubican un total de 56 desarrollos inmobiliarios.

De estos 56 desarrollos, siete fueron autorizados en la administración 2010-2012, 26 más en el periodo de Renán Barrera Concha y 23 en el gobierno de Mauricio Vila Dosal.

Hasta la anterior administración, 10 de estos fraccionamientos se ubicaban en Caucel, 8 en Caucel I y 38 en Caucel II; desde luego, muchos de estos fraccionamientos carecen de espacios recreativos y suficientes árboles.

No aprendemos

Para Mauricio Metri, universitario meridano, la deforestación es una triste historia que se repite día con día.

“Es un problema muy grave que se ha repetido muchísimas veces en la historia; esto de plantar cemento en medio del monte quiere decir que no estamos aprendiendo nada. Los mantos acuíferos están súper contaminados con las aguas residuales de todos los complejos; yo creo que está en nuestra naturaleza humana aprovechar al máximo nuestros recursos, pero se nos olvida que también somos parte de este ecosistema. Veo que no hay una planeación urbana real que analice todas esas cosas; tampoco hay iniciativas ciudadanas que presionen al gobierno para hacer las cosas como se debe. Nos causa tristeza ver árboles caídos, todos escuchamos de estos terrenos devastados, pero no se escucha de programas para plantar más arbolitos; yo soy de Mérida y no veo que le den seguimiento cuando funcionarios se toman la foto sembrando una matita, ahí queda todo.

Por su parte, los jóvenes Jorge Luis Tzuc Huchim y Joaquín Augusto Arjona Hernández recorren los montes devastados en busca de troncos o pedazos de madera para hacer artesanía.

“No matamos estos animalitos”

“Andábamos cerca de Dzidzilché y nos encontramos una boa de dos metros; nosotros no matamos estos animalitos; los que devastan las tierras los dejan indefensos, sin árboles a donde ellos trepan en busca de alimentos, y nosotros lo que hacemos es reubicarlos en áreas donde puedan continuar sus vidas”, señalaron.

“Lamentamos mucho lo que sucede con nuestra naturaleza, pero nosotros no podemos hacer nada, esa es cosa de las autoridades que dan permisos y permisos para que acaben con el monte porque en todas las comisarías de Mérida ya casi no hay gente, todos son de otras partes que viven en grandes fraccionamientos, mansiones y los pocos habitantes sólo ven cuando pasan las lujosas camionetas”, concluyeron.

(Texto y fotos José Luis Díaz Pérez)

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