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Yucatán

Reinterpretan parte de la historia conocida de los mayas

El capítulo “La civilización maya” del Atlas Histórico y Cultural de Yucatán incorpora resultados de investigaciones recientes que modifican parte de la historia conocida, como el hecho de que el período Posclásico no fue decadente, sino que fue una etapa de transformación, así como que la Cultura Olmeca no es exclusivamente la madre de las culturas mesoamericanas como se creía.

El coordinador y coautor de ese capítulo, Alfredo Barrera Rubio, expuso lo anterior al comentar ayer el contenido del trabajo en el que también participaron Eunice Uc González, que abordó la parte de la Prehistoria; Fidencio Briceño Chel, responsable del tema sobre la Lengua maya en la época prehispánica, y José Osorio y Francisco Pérez, quienes se encargaron de la historia de Chichén Itzá, quienes aportaron datos más recientes.

—En este capítulo abordamos todos los períodos del desarrollo cultural maya, desde el Preclásico hasta la llegada de los españoles, que es el período Posclásico, como una base introductoria porque la civilización maya no surge así de repente y, por ello, tenemos un apartado de la prehistoria de la etapa de los cazadores-recolectores cuando todavía no se conformaba la cultura maya, pero que es la base para que posteriormente tuviera lugar la civilización en los diferentes períodos culturales.

Presencia del hombre

Señaló que la presencia del hombre en la Península data de 13 mil a 14 mil años, como se ha comprobado con hallazgos muy recientes, sobre todo en Quintana Roo, que han dado fechas muy antiguas, más antiguas en nuestro país y en gran parte del continente.

Entonces –continuó–, abordamos esos períodos históricos y culturales y también destacamos que el concepto de civilización no se circunscribe sólo al Clásico, sino que hubo una civilización preclásica, una civilización propiamente clásica y el Posclásico, que no es decadente, sino una civilización que sufre transformaciones a lo largo de los procesos sociales en la historia maya.

Barrera Rubio dijo que también se destacan aspectos de la arquitectura, de las deidades, de la religión, así como hay unos apartados especiales sobre la escritura, el calendario y la lengua maya.

Hizo notar que entre lo novedoso que incluye este capítulo es que antes sólo se decía que existió una civilización en el periodo Clásico y, ahora, sabemos que hay civilización desde el Preclásico y el Posclásico también es una civilización; antes se decía que era el período decadente, pero no lo fue.

Otra novedad –expuso– es que se decía que, en los orígenes de la civilización maya, tuvo mucho que ver la Cultura Olmeca, a la que se le consideraba como la cultura madre de las culturas mesoamericanas; esto es parcialmente cierto, pero ahora sabemos que hay otros sitios tan antiguos y paralelos al desarrollo de la Cultura Olmeca que fueron grandes culturas complejas, como es el caso de los hallazgos en San José Mogote, en Oaxaca.

Actualización permanente

—También se desarrollaron otras culturas en Chalcatzingo, en Morelos, así como en otros lugares de la Cuenca de México, es decir, ya no podemos decir que exclusivamente la Cultura Olmeca es la cultura madre de las culturas de Mesoamérica, sino que había otras culturas en ese período, observó.

Comentó que el Atlas debe ser actualizado de manera permanente y que con la tecnología digital actual es mucho más fácil hacer esa labor, mientras que la obra impresa se tendría que actualizar cada determinado tiempo como se lleva a cabo con la Enciclopedia Yucatanense.

Finalmente dijo que este proyecto debe ser mantenido y fortalecido por la próxima administración estatal y las que vengan después.

Consideró que es una obra colectiva que representó un reto muy grande porque la literatura que hay sobre la cultura y civilización maya es impresionante, y en la actualidad es prácticamente imposible estar al día en todos los aspectos porque cada vez hay una mayor especialización en diferentes temas como el calendárico, cerámica, arquitectura, etcétera.

(Rafael Mis Cobá)

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