Estoy contenta porque al fin pude vender un premio mayor de la Lotería Nacional y, con ello, cumplir el sueño de mi abuelo y de mis padres, quienes por muchos años anhelaron vivir esta experiencia; por otro lado, tengo un sentimiento encontrado porque tuve el billete en mis manos y no se me ocurrió quedarme con un “cachito”, dijo ayer Alma Castilla Barredo, quien vendió el billete número 01458 premiado con 7.5 millones de pesos por la Lotería Nacional.
Entrevistada en su estanquillo ubicado a la entrada del Bazar García Rejón, la expendedora de billetes dijo que fueron más de diez las personas que adquirieron las 20 fracciones o “cachitos” del billete premiado.
Indicó que una persona compró cinco fracciones, otras dos o tres y el resto sólo un pedazo; cada una recibirá 349 mil 750 pesos por “cachito”, libre de impuesto.
También manifestó que, aun cuando el billete es fijo, es decir, lo vende en todos los sorteos de la LN, no tiene cliente frecuente; recordó que sólo había un señor que lo compraba cuando la terminación no había sido premiada.
Arrepentido
—Pero en esta ocasión él compró un billete con terminación 4, por lo que debe estar tan arrepentido como yo por no haber comprado por lo menos una fracción, dijo.
La entrevistada dijo que desde hace 22 años que se dedica a la venta de billetes de la LN, mismo lapso que tiene su mamá de pensionada, pues durante más de dos décadas estuvo al frente del estanquillo que heredó de su abuelita, que la llevaba a ese sitio cuando era pequeña.
Recordó que, desde hace más de tres meses, la diosa fortuna no beneficiaba a Yucatán con un premio de la LN, “por eso hasta revisé mi bulto para ver si no me había quedado un pedazo del billete premiado, pero sólo encontré una fracción del 49509, que es un número atrasado. Lástima que no fue el 58, porque ahora estaría mucho más feliz”.
Por último, dijo que su número fijo es el 31314, fecha en la que fallecieron su mamá Agripina Barredo, hace 10 años, y su papá Agustín Castilla, hermano de otro famoso expendedor de billetes de la LN conocido como “El Mago Castilla”, que tenía su estanquillo al lado de lo que fue la librería La Literaria, en la calle 63 entre 58 y 60.
(Víctor Lara Martínez)