La Compañía de las Hijas de la Caridad cumple 175 años de su fundación, y 153 de haber llegado a Yucatán / Cinco las primeras en llegar a Yucatán, 2 francesas y 3 mexicanas
SISAL, Hunucmá, Yuc., 26 de enero.- La Compañía de las Hijas de la Caridad, en México, que integran religiosas de diferentes congregaciones, celebraron, este mediodía, en la Iglesia de San José de este puerto, una misa que ofició el Pbro. Francisco Kantún Medina, para celebrar los 175 años de su fundación, y 153 de haber llegado a Yucatán, desembarcando en este lugar.
Las religiosas anfitrionas: María del Rosario Huerta Pérez, María Magdalena García Alcalá y María Josefa Medrano, quienes en la actualidad tienen bajo su encargo los albergues: San Vicente, Cottolengo, y la Congregación de las Madres Vicentinas, recordaron que uno de los primeros intentos de fundar esta compañía en México, fue de don Tadeo Ortiz, Cónsul de México en Francia.
En breve reseña, dijeron que las primeras 10 hermanas, salieron de Madrid hacia Cádiz el 18 de agosto de 1844, y el 11 de septiembre, embarcaron en el fragata “Isis”, llegando a Veracruz el 4 de noviembre, y a la Ciudad de México, el día 15 de noviembre del mismo año.
No fue sino hasta el 23 de enero de 1866, que, procedentes del puerto de Veracruz, desembarcaron en este puerto yucateco, considerado de altura en aquel entonces.
Fueron cinco las hermanas que llegaron a Yucatán: la Superiora Sor María Orsat, y Sor Vicenta Ribrolles (ambas de nacionalidad francesa), así como Sor Jesús Contreras, Sor Juana Gómez y Sor Juana Chávez, de nacionalidad mexicana, que venían de Guadalajara, Jalisco.
Este mediodía llegaron las religiosas a este puerto para participar en una misa que ofició el Pbro. Kantún Medina. Las acompañó un grupo de personas con discapacidad y familiares suyos.
“Es importante destacar la misión de las Hermanas de la Caridad en nuestro país, donde comenzaron sus primeros pasos, atravesando por una aventura en la Gracia de Dios, recordando que hace muchos años llegaron a México, desembarcando en este hermoso puerto”, dijo el sacerdote en su mensaje.
“Es grande el amor que tienen las Religiosas por los enfermos, sobre todo por los alcohólicos y los drogadictos, quienes necesitan de una mano que los siga guiando, llevando la representación del Reino de Dios”, abrevió.
En el transcurso de la misa, las Madres entregaron al Párroco un cirio, los santos óleos, un banderín de su representación, así como las banderas de México y España.
Las religiosas aprovecharon para agradecer la asistencia del representante del periódico POR ESTO!, que cubrió el ejercicio religioso.
(Ramón Reyna Fernández)