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Yucatán

Escarbajo de la colmena alarga crisis de apicultores

VALLADOLID, Yucatán, 17 de marzo.- Las afectaciones del escarabajo de la colmena, la floración anticipada del dzidzilché y los bajos precios manejados actualmente por los centros de acopio, son tres de los factores que actualmente están afectando en gran medida a los apicultores del Oriente del Estado, según comentó Marcos Rafael Chan Cahuich, quien se dedica a esa actividad desde hace más de diez años.

“Cada día vamos de mal en peor, pues conforme se avecina la temporada de cosecha es menos la captación del néctar y eso obedece a múltiples situaciones”, dijo.

Al referirse específicamente al caso del escarabajo de la colmena (aethina tumida), el entrevistado comentó que hace varios años atrás éste fue detectado en Tizimín y en ese momento Sagarpa pensó que incinerando la totalidad de colmenas afectadas acabaría con el mal, evitando así su propagación en el interior del Estado.

“Lamentablemente el insecto vino para quedarse y al día de hoy continúa afectando a los apicultores de todo Yucatán. Cuando el escarabajo entra a la colmena altera la miel al fermentarla, pero lo peor es que devora a las larvas, hasta lograr que la colmena muera o emigre”, agregó.

En otro momento, Chan Cahuich, quien por cierto inició su labor en apicultura con únicamente tres colmenas (hoy posee 90) tras observar el trabajo apícola de su suegro en la comunidad de Chichimilá, mencionó que para mala fortuna de los trabajadores de la miel hasta el día de hoy no hay alguna sustancia que pueda apoyar en la lucha contra el escarabajo, al contrario de lo que ocurre con la varroa (ácaros), que de alguna manera puede contenerse.

Cuestionado sobre el precio al que los centros de acopio les compran la miel señaló que, como usualmente se dice, casi siempre les “machetean” el precio.

“Esa quizá sea la peor afectación de todas, pues aún teniendo buena captación, si ellos nos compran a un precio de risa, todo nuestro trabajo no sirve de nada”, asestó.

Precisó que actualmente el precio de adquisición de la miel oscila entre los 21 y 24 pesos el kilo, cuando el año pasado ese mismo precio cerró a razón de 45 pesos.

Ahondando sobre el tema, comentó que el año pasado hubo mucha captación de miel que pudo colocarse en el mercado, pero algo negativo fue que varios apicultores ofrecieron su producto como miel orgánica cuando en realidad no lo era, pues no llevaron a cabo las prácticas de trabajo adecuadas y no pudieron pasar los estrictos controles de calidad exigidos en países como Alemania o Gran Bretaña.

“A veces no es porque los productores no quieran llevar a cabo buenas prácticas, sino porque las condiciones económicas no se las permiten. Por ejemplo podemos ejemplificar el caso de algunos procesos como la extracción”, señaló.

Y es que un extractor de acero inoxidable tiene un costo de alrededor de 20 mil pesos y uno de tambor no rebasa los 4 mil, el campesino por necesidad se va por lo económico, pero a la larga ello repercute en la calidad de la miel.

Al referirse al caso de la floración de dzidzilché, precisó que por lo general esta debe ser para marzo o abril, pero se adelantó en todo el Estado y no fue suficiente para la producción del néctar, por lo que únicamente contaron con la floración del tajonal.

Finalizando la entrevista y retomando el tema de la afectación por parte de los intermediarios, el productor subrayó que si los apicultores pudieran ver el potencial de la miel y trabajarlo con fines realmente productivos (y no como un extra), las condiciones quizá cambiarían, pues las grandes empresas que se dedican a ello llevan un trabajo sistemático y no como el pequeño productor, que lo hace en sus ratos libres.

(Alfredo Osorio Aguilar)

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