Roger Aguilar Cachón
Las bellas artes son una manera de demostrar la diversidad de la naturaleza humana, el denominado séptimo arte incluyen: la arquitectura, escultura, pintura, música, la poesía o literatura, el cine y la danza. Cada una de estas disciplinas ha sobresalido a través de los años y han trascendido fronteras. Muchos son los artistas, músicos, poetas, escultores y bailarinas que han dejado un legado en la historia de sus lugares de origen y que son un orgullo de la tierra que los vio nacer.
En esta ocasión nos referiremos a la danza, misma que en nuestra ciudad y Estado ha tenido una pléyade de representantes que le han dado un referente en espacios específicos. La danza tiene muchas variantes y como un prisma tiene muchas caras, podemos hablar de folklore, de danza contemporánea, tap, baile moderno, etc. Pero una que lleva el porte, elegancia y vocación es sin duda el ballet. Ya que para su formación se requiere de años de esfuerzo y dedicación, muchas son las academias que hay en nuestra ciudad y forma parte de nuestra cultura dancística.
En el marco de los actos relacionados con el Día Internacional de la Mujer, en este caso haré mención de una Academia que se encuentra en uno de los municipios cercanos a nuestra ciudad, me refiero a Tixkokob, que desde hace ya más de 20 años se dedica a la formación de niñas y adolescentes en el arte de Tepsícore. La Academia “Mariana”, situada en el centro de esa población ha podido sostenerse pese al embate de las nuevas generaciones y de las otras escuelas que por derecho propio tratan de ser una opción más para la población que requiere de esta formación.
La propietaria de la misma, Lic. en Gerontología y maestra en Ballet, Daniela Mariana Lara Lara, comenta que no ha sido fácil el mantenerse en su misión de la enseñanza del Ballet, junto con dos maestras más, laboran y esfuerzan para mantener este gusto y de seguro no lo hacen por lo que pueda representar en cuestiones económicas sino por la vocación que ella y cada una de sus maestras imprime en sus clases.
Cabe mencionar que la Academia “Mariana” cuenta con el aval y el registro de la Secretaría de Educación de Yucatán. La dedicación que le imprimen las maestras se refleja en el gusto y empeño que las alumnas ponen en cada una de sus clases. Esfuerzo que se ve reflejado en las presentaciones que ofrecen para el público en general en el mes de diciembre en donde hacen una representación de algún baile dedicado a la Navidad. También es importante destacar los premios que sus alumnas han obtenido en los concursos de nivel que año tras año se realizan en nuestra ciudad, dando con esto renombre tanto a la Academia como a su directora la Mtra. Lara Lara.
Desde edad temprana las niñas ingresan al fantástico mundo del ballet con la ilusión de sus primeras puntas, de sus payasitos, de su tutú, y que hará posible que ese sueño se vaya haciendo realidad, al igual que el capullo se transforma en mariposa, es así el camino de las niñas que comienzan la aventura del ballet.
La disciplina del ballet es rígida, exige mucha atención y trabajo, ya que en su preparación, que lleva más de 10 años, las niñas y señoritas deben de demostrar lo aprendido año tras año en busca del sueño de ser bailarinas certificadas y que hagan de esta actividad una forma de vida.
Sin lugar a dudas el ballet es una disciplina que no sólo requiere vocación sino también entrega y pasar horas no sólo en los salones de clase en donde, según nos comenta la Mtra. Mariana Lara, se les brinda la información tanto teórica como de las diversas técnicas que deben de saber y dominar para poder elevar el vuelo y convertirse en cisnes dentro de la presentación de sus obras, ya sea en la Academia o en algún teatro de la ciudad de Mérida.
La preparación de las niñas no sólo se basa en dar las clases y realizar los trámites ante las autoridades de la Secretaría de Educación sino también en el diseño y elaboración de los trajes que deberán de usar las alumnas para sus presentaciones de fin de curso y de las actividades de concurso o bien de actualización que ellas deben de realizar durante el año.
La directora Mariana Lara nos comenta que también ella se prepara de manera constante, asistiendo a cursos y clases de actualización ya que según menciona hay cosas que no cambian, pero otras deben de ser motivo de mantenerse al día en nuevas técnicas y sobretodo de mantenerse en forma y siempre para dar lo mejor de sí misma en cada clase.
El ballet no sólo permite desarrollarse de manera profesional y personal, sino que a través de los años se ha aprendido a tratar a las niñas y señoritas que cada año se inscriben en la Academia con la ilusión de transformarse de capullo a mariposa y ser alguien en el mundo del ballet. La maestra comenta que es un gusto y orgullo ver cómo las niñas de temprana edad acuden con alegría e ilusión a su primer día de clases y descubren con la ayuda de las maestras de la Academia un nuevo mundo que va más allá de los sueños y se convierte en una realidad.