Yucatán

Feligreses cumplen con el 'Kuuch Cruz”

MANI, Yucatán, 20 de abril.- Cientos de fieles católicos de la comunidad participaron con gran respeto y devoción la noche del viernes en el “Kuuch Cruz” (cargar la cruz), tradición única en el Estado de Yucatán realizada en el marco de la Semana Santa.

La inmemorial ceremonia, para los lugareños, representa una celebración de profundo sincretismo religioso entre lo maya y lo cristiano, que ha perdurado a lo largo de los años y que se efectúa entre dos cortejos importantes: el Rosario de Pésame y la Marcha del Silencio.

Como cada Viernes Santo, la histórica Maní se llenó de solemnidad con dicha tradición, valorada celosamente por la gente adulta de la población encargada de organizarla y de heredarla a las nuevas generaciones.

Una vez caída la noche y con el Rosario de Pésame como preámbulo, los custodios sacaron de la parroquia de San Miguel Arcángel la enorme cruz antigua de más de 300 kilos y de aproximadamente 8 metros de altura; reliquia que es puesta a disposición de los feligreses dos veces al año durante la Semana Santa.

Con ello, los jóvenes que en el Viacrucis representaron a los doce apóstoles se prepararon física y espiritualmente para emprender un recorrido que rodeó al antiguo convento franciscano hasta culminar en el atrio de la parroquia.

Ante cientos de lugareños y numerosos visitantes, los jóvenes iniciaron el recorrido penitencial con la pesada cruz de 200 años de antigüedad sobre sus hombros, con el pecho y espalda descubierta, los ojos vendados, así como los pies y brazos atados.

En la solemne procesión, los feligreses hicieron escala en las cinco estaciones donde se dieron lectura a los misterios del Santo Rosario, y en la cual, al toque de la matraca, el sacerdote, con un látigo, flageló simbólicamente a los jóvenes como una forma de remisión de los pecados.

Durante el trayecto, una cadena humana resguardó a la reliquia de gran valor, encabezada por el Santo Sepulcro, la efigie de la Virgen de los Dolores y otra cruz de menor tamaño cargada por jóvenes adolescentes.

Tras retornar a la parroquia, se efectuó un breve descanso para luego efectuar el ritual de la Marcha del Silencio, en la cual la grey católica trasladó al Santo Sepulcro hasta el cementerio, para representar el entierro del señor Jesús y culminar por ese día con las actividades.

“Esto no es un espectáculo, sino una tradición que guarda un gran sentido de espiritualidad, donde el Señor nos llama a corregirnos, a cambiar nuestra forma de pensar y modo de vivir para mejorar cada día y crecer”, precisó el Pbro. Humberto Tun May.

Asimismo compartió que el “kuuch cruz” es una de las actividades más representativas de Maní, que se remonta a épocas en la que las familias ofrecían a sus hijos para cargar la cruz para corregir sus acciones y como un llamado de Dios para “enderezar” su existencia.

“Por eso es importante que les venden los ojos y los pies, para que juntos caminen derecho y a un mismo destino. A ellos les sirve como penitencia y una forma de purificación. El padre les pega como autoridad moral para invitarlos a corregirse”, puntualizó el sacerdote.

Además de los doce jóvenes que cargan la cruz principal, también se suman otros adolescentes que cargan una cruz de menor tamaño para mantener viva la tradición y pasarla de generación en generación.

La gente de Maní cuenta con una tradición única, la conserva y es muy respetuosa con ella. Cabe mencionar que en el Jueves Santo, los “doce apóstoles” comparten la cena física con el sacerdote, donde las familias ofrecen 12 variedades de alimentos típicos.

(Carlos Ek Uc)