Pilar Faller Menéndez
“Todos los hombres pueden ver las tácticas, pero lo que nadie puede ver es la estrategia que hace que de estas observaciones evolucione la victoria.”
Sun Tzu
A pesar de que muchos conocemos esta leyenda, no deja de ser por ello algo interesante para recordar: Durante una década la ciudad de Troya había sido asediada, por lo que los griegos, comandados por Agamenón, Ulises y otros, no habían podido salvar los muros para detener la invasión.
Aquiles, el mayor de los griegos murió en la batalla, y murió por una flecha que le atravesó su talón, que era la parte más vulnerable de su cuerpo, ya que según la mitología griega, al nacer, Tetis, su madre que era la diosa griega del mar, intentaba hacerlo inmortal sumergiéndolo en las aguas del río Estigia, pero lo sostenía por su talón derecho para esto, por lo que ese punto era la única zona en la que Aquiles podía ser herido.
Ulises, al ver la situación por la que atravesaban, se dio cuenta de que Troya nunca podría ser tomada por la fuerza, por lo que debían de planear una nueva estrategia, motivo por el cual los griegos se dieron a la tarea de construir un enorme caballo de madera en cuyo interior se introdujeron los mejores guerreros que tenían. La figura del caballo guardaba un significado simbólico de Atenea, diosa de la guerra, la cual había apoyado a los griegos en su intento por penetrar Troya, y algunas leyendas cuentan que el caballo era un emblema sagrado para los troyanos.
Cuando finalmente el caballo terminó de construirse, los guerreros griegos se escondieron adentro, y el resto simuló que abandonaron la zona en sus barcos hasta Grecia, y que habían renunciado a la guerra, pero en realidad se dirigieron a Tenedos, una isla cercana, en donde se ocultaron para esperar el resultado de los acontecimientos.
Al llegar el caballo a Troya, los troyanos se desconcertaron pero tenían la sospecha de que algo pasaría, ya que la astucia de Ulises era perfectamente conocida. El sumo sacerdote de Poseidón, Lacoon (Apolo en algunos textos históricos), era uno de los que no se fiaban de la presencia de ese caballo en la ciudad, por lo que no se cansó de advertir que no se podía confiar en los griegos, a pesar de que hubiese sido un regalo, motivo por el cual arrojó una lanza sobre el caballo, la cual quedó clavada en la madera.
Versiones posteriores de esta leyenda cuentan que fue en ese momento cuando un joven llamado Sinon, fue capturado por los troyanos, el cual había ayudado a los griegos, por lo que fue interrogado al respecto. Sinon les dijo que los griegos pensaron que Atenea los había abandonado, por lo cual construyeron el caballo en el intento de aplacarla.
Una prueba más que los troyanos pudieron constatar del enfado de Atenea con los griegos, fue que la diosa envió dos grandes serpientes marinas a la ciudad, en donde Lacoon se encontraba ofreciéndole el sacrificio de un toro al dios Poseidón, dios de los mares. Las serpientes devoraron a los hijos de Lacoon, y luego a él, por lo que los troyanos lo tomaron como una señal de que era una represalia por aquella lanza que había arrojado al caballo, por lo que decidieron introducir al caballo dentro de sus murallas a fin de apaciguar a Atenea.
Una vez que el caballo estuvo dentro de las murallas de Troya, el ejército griego abandonó Tenedos y se dirigió a Troya durante la noche para no ser vistos, y mientras Troya dormía, Sinon liberó a los soldados que se encontraban en el interior del caballo, matando a los centinelas y abriendo las puertas de la ciudad para permitir la entrada del ejército griego y fue así como Troya sucumbió esa noche en manos griegas.
La fuente más antigua que se tiene de este hecho, fue mencionada brevemente por Homero en la Odisea. Otros autores como Virgilio en la Eneida, escribieron relatos más amplios de este mito, el cual se ha debatido sobre su veracidad con la teoría de que esa máquina de guerra fuera producto de la fantasía de los cronistas.
Verdad o leyenda ha demostrado ser fuente de inspiración tanto en lo artístico como en la literatura, ya que desde la antigüedad ha sido reproducida en numerosos poemas, pinturas, novelas, películas, esculturas, monumentos, incluyendo juguetes y dibujos.
Todavía en épocas recientes ha sido motivo de varias reconstrucciones hipotéticas acerca de la existencia de este mítico caballo, el cual ha dado origen también a metáforas para describir un engaño destructivo, así como algo que es aparentemente agradable pero que trae consigo graves consecuencias.