Yucatán

Infancia en México

Ana María Ancona Teigell“El Futuro del mundo pende del aliento de los niños que van a la escuela”.Talmud

Es preocupante salir de casa y ver cómo el número de niños de la calle ha aumentado, y que cada vez son más pequeños y se exponen a muchos peligros. A cualquier hora del día y también en la noche, hay menores de entre seis y doce años, aproximadamente, vendiendo flores, chicles, frutas, o haciendo malabares, limpiando los parabrisas de los coches; niñas cargando a bebés de meses utilizando sus rebozos como canguros que les permitan tener las manos libres para poder hacer su trabajo.

Esto es un grave problema social al que hay que prestarle toda nuestra atención, porque no tienen edad para estar ayudando a sus padres o ser explotados por ellos. Estos pequeños deberían estar durmiendo en sus casas e ir al colegio. Esta situación que hoy viven no les da el amor y la estimulación intelectual que les permita desarrollar la seguridad y autoestima que tanto necesitan para enfrentar el futuro.

Hablar de la infancia en México es sacar a la luz historias de pobreza, abandono, sufrimiento, dolor, humillación, injusticia, desprecio. Es hablar de miles de menores que viven en las calles tratando de sobrevivir; niños estigmatizados, olvidados, señalados, reprimidos, torturados, a los que se les ha negado el derecho a estudiar, jugar, a la libertad, la justicia, la igualdad.

Niños abusados, violados, extorsionados, golpeados, que han tenido que dejar de estudiar porque tienen que trabajar. Que duermen en las calles, se prostituyen, se drogan, roban, están desnutridos y enfermos, sin posibilidades de tener un desarrollo físico, intelectual, afectivo y emocional adecuado, que los condenan a vivir con serias desventajas y limitaciones que les impiden tener la oportunidad de mejorar su futuro.

Como sociedad, tenemos que ocuparnos de ellos, ser sensibles y humanos, colaborar con los gobiernos e instituciones para ofrecerles la esperanza de un mejor mañana.

Alarmante es el número de menores que tienen que dedicarse a la prostitución como único medio de supervivencia. Según cifras del Centro Mexicano para la Defensa de la Infancia (CEMEDIN), un millar de niñas y jovencitas, entre los 14 y 16 años, se prostituyen a cambio de entre 15 y 25 dólares, equivalentes a 300 y 500 pesos.

La desnutrición es otro grave problema que sufren. Según el Instituto Nacional de Nutrición, ésta afecta al 40% de los niños mexicanos, encontrándose los mayores índices de desnutrición crónica en los estados de Quintana Roo (96.4%), Yucatán (96.3%), Chiapas (88.6%), Campeche (94.4%), Oaxaca (89.4%) y Guerrero (90.2%). Por lo que en la actualidad 2.6 millones de niños presentan síntomas de desnutrición, con problemas de peso y talla. Sufriendo deterioros físicos, mentales y emocionales por las enfermedades e infecciones.

Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), México ocupa el decimocuarto lugar entre los países con mayor índice de mortalidad infantil absoluta; ya que cada año mueren un total de 183 mil niños menores de cinco años. Además, 95 mil niños y niñas viven en situación de calle, por lo que es una prioridad crear una ley que aminore la vulnerabilidad de este sector. Esta ley sería viable, ya que se garantiza los derechos de las niñas y niños y se involucra a todos los sectores de gobierno para que se cumplan a cabalidad los artículos 1, 4 y 73 de la Constitución, los cuales consisten en tomar en cuenta los tratados internacionales referentes a los derechos de los niños, el interés superior de la niñez, y la participación de todos los órdenes de gobierno.

Un panorama desolador para estos pequeños y pequeñas que nos afecta a todos, porque ellos son parte de nuestro progreso.