Para responder a los retos que nos presenta este mundo es necesario que haya seguidores de Cristo firmes en sus convicciones, no cristianos ni católicos vacilantes, sino que seamos discípulos firmes en el seguimiento de Cristo. Así como El tomó la firme determinación de subir a Jerusalén, hoy necesitamos ser cristianos comprometidos, dijo ayer el Obispo Auxiliar, Monseñor Pedro Mena Díaz, en la misa de confirmaciones que ofició por la mañana en la Santa Iglesia Catedral.
En su mensaje a los fieles, reiteró que para seguir a Cristo es necesario que tengamos en cuenta que verdad, amor y libertad son factores importantes para poder acompañarlo. El que quiera ser seguidor de Cristo debe estar libre de toda atadura.
–Por eso les dijo que aquellos que estaban dispuestos a seguirlo debían hacerlo por amor y, si lo hacen por amor, deben estar atentos a lo que el Padre les va a ir diciendo.
Para comprender el Evangelio debemos entender que la verdad que viene de Dios es esplendorosa; el amor es lo que va motivando a que sigamos la verdad, pero en el momento de tomar la decisión del seguimiento va a entrar en juego la libertad, de tal modo que es importante que nosotros tengamos siempre en cuenta la verdad, el amor y la libertad para el seguimiento de Cristo.
Explicó que Jesucristo nos invita a todos a vivir y anunciar el Evangelio y, para ello, no debemos tener ataduras y obstáculos.
Mal uso de la libertad
–Hay que anunciar el Evangelio, esa es la verdad, te enamoras del Evangelio y de Jesucristo y entonces vas anunciando la verdad de la gran noticia de la salvación, que no haya nada que te detenga para unirte a ese sufrimiento de Cristo, pero que estando junto al Padre se hace nada.
–Él dejó a su Padre y vino al mundo para vivir como nosotros con tal de anunciar la buena noticia de la salvación y es el mismo camino que nosotros tenemos que seguir. Este mundo hace un mal uso de la libertad, porque no toma en cuenta el esplendor de la verdad que viene de Dios, sino que cada quien piensa que tiene su verdad; es parte de las características del relativismo de esta época que estamos viviendo, como decía el Papa Benedicto, pues cada quien tiene su verdad y hay una obsesión por querer imponer “mi verdad”, no solamente que me den la razón, sino una obsesión para que se imponga mi verdad y eso nos va confundiendo.
–La libertad no se entiende hoy, la libertad hoy se expresa en libertinaje; desde hace mucho tiempo la visión de Jesucristo, la misión de los apóstoles, la misión de la Iglesia, queda ahí poniendo todo en el orden que Dios quiere, porque la libertad es seguir, es buscar siempre el esplendor de la verdad y seguir esa libertad, pero no para hacer lo que me dé la gana, como quieren vendernos muchos, porque eso no es libertad, sino libertinaje; por eso necesitamos cristianos fuertes, que conozcan la libertad y sepan vivir en libertad, y qué es lo que nos va a motivar para vivir en esa firmeza: es el amor de Cristo que no vaciló en subir a la cruz; aunque tuvo miedo, subió a la cruz para ofrecer su vida por nosotros y, de esa manera, nosotros podemos ir construyendo nuestro seguimiento de Cristo, mirándolo a El, entendiendo su palabra, sabiendo que el mundo necesita de aquellos que buscan la verdad. Vivan en la libertad de los hijos de Dios en Cristo para hacer siempre el bien y eso es lo que va a motivar a que el mundo se vaya transformando, al ver en los seguidores de Cristo esa firmeza, esa convicción, ese amor, con él vamos viviendo todos los días y eso vamos a pedir en este domingo que nos invita a todos a un seguimiento.
Obedecer al Padre
Jesucristo quiere que –como El– seamos obedientes a la voluntad del Padre. Con una decisión firme, Jesucristo fue preparando a sus discípulos que lo iban a acompañar en su viaje a Jerusalén y sabe que el momento cumbre es la obediencia al Padre de ir a la cruz y entregar la vida por nosotros. Por eso San Lucas relata que inicia este viaje sin dudar, ya que tomó la firme determinación, sin vacilación, concluyó.
(Víctor Lara Martínez)