TIZIMIN, Yucatán, 30 de junio.- Reconociendo las virtudes cristianas de dos de los más grandes y reconocidos apóstoles que defendieron con su vida el Evangelio, el Obispo auxiliar, Pedro Mena Díaz celebró con una misa la solemnidad de San Pedro y San Pablo junto con los feligreses de Panabá, enfatizando que en ambos se ven reflejadas la fragilidad y debilidad, pero también cómo se han dejado llevar por la gracia de Dios.
La celebración eucarística la concelebró con el párroco, José Alejandro Acosta Verez y con el vicario Edilberto Jacob López Chan, la cual se llevó a cabo en la parroquia de San pedro Apóstol en el marco del santoral de San Pedro y San Pablo; ahí, los apóstoles ejercieron un gran testimonio de existencia, pues se considera que son los dos pilares de la fe cristiana, dieron su vida por Jesús y gracias a ellos el cristianismo se extendió por todo el mundo.
En su homilía hizo énfasis que es la misma gracia que Dios no ha negado a quienes han sido bautizados, a los que comulgan, a los que han recibido la confirmación, el matrimonio, pues es la gracia del Señor la que va hacer que vayamos caminando hacia el encuentro de nuestro pueblo que peregrina y que va hacia la vida eterna.
Indicó que Pedro y Pablo van caminando con la comunidad y por ello es importante pedirles a ellos y a San Martín de Porres, San Isidro Labrador, San José y la Virgen María, santos patronos de la población que sean los poderosos intercesores para que no se extravíen en el camino.
Se recordó que Pedro al final de su vida ni siquiera quiso morir como Jesús, porque lo condenaron a ser crucificado y él dijo “no lo merezco, crucifíquenme de cabeza”, y así murió. Lo anterior para que no lo confundan con Cristo, pues era muy consciente de que no merecía morir como el redentor.
Por lo cual pidió que las mismas intenciones de Pedro sigan rindiendo frutos para que como Iglesia sigan adelante, externando que momentos difíciles siempre habrá, pero la gracia de Jesús los acompaña y continuarán su camino.
“Como Pedro que siempre con humildad identifiquemos a Cristo como nuestro salvador, porque vale la pena dejarlo todo, él se dejó guiar, hay que sabe discernir”, finalizó emitiendo sus bendiciones a la comunidad católica.
(Luis Manuel Pech Sánchez / Carlos Euán)