Pilar Faller Menéndez
Muchos gobiernos tienen la tendencia de pensar en una ciudad en términos de infraestructura, pero hablar de ciudad es más bien hablar de su gente, ya constituyen una concentración densa de capital humano y tanto su genio, auge y declive están fundados en su gente.
Las ciudades del mundo han crecido de tal manera que el urbanismo tradicional ya no puede abordar la complejidad de estos espacios, ya que existen ciudades en donde habitan hasta 3.6 millones de personas, y se espera que en diez años el 60% de la población mundial viva en zonas urbanas.
Tanto en México como en América Latina el crecimiento exponencial ha sido tal que las ciudades están creciendo de una manera descontrolada lo cual provoca un incremento en las desigualdades, así como la falta de infraestructura, por lo que Ethos, una asociación que estudia el Desarrollo Urbano así como las políticas públicas, seleccionó algunos temas que consideró relevantes para la agenda de desarrollo urbano, con el fin de que estas ciudades se conviertan en centros de oportunidades e integración para su gente.
Como primer punto es necesario tomar en cuenta que una ciudad no es solamente para los automovilistas, sino que debe ser compartida con ciclistas, peatones y transporte público, motivo por el cual todos los habitantes deben poder transitar fácilmente según la forma que elijan, a través de vías seguras.
El concepto de “compartir” llega muchas veces a sonar utópico porque implica interacción social, la cual cada vez es más escasa y agresiva, pero tener unas calles en las que todos puedan transitar, en donde existan mercados comunitarios así como espacios compartidos, enriquecen las ciudades y son un impulso para su capital social el cual se determina por su potencial para un futuro exitoso.
Otro punto a tomar en cuenta es la esperanza en la pobreza urbana, la cual conocemos y vivimos cuando vemos arribar a los más pobres a las ciudades con la esperanza de encontrar más oportunidades y una vida mejor, ya que en los campos se estancan y en la ciudad encuentran más oportunidades para realizar distintas labores.
Desgraciadamente estas personas viven en asentamientos informales lejos de centros de trabajo, escuelas y transporte público, lo cual los margina y la tarea es poder lograr que estos asentamientos tengan acceso al transporte y servicios públicos para que estas comunidades marginales puedan integrarse a la vida de la ciudad.
Existe una dispersión urbana muy decadente que ha sido creada por querer vivir como en el llamado sueño americano, y tener una casa grande con cuando menos dos automóviles (actualmente las familias acomodadas tienen más, según el número de hijos que tengan) lo cual hace que el parque vehicular sea mayor a la capacidad que tienen las ciudades provocando que el tráfico sea lento para los habitantes y que contribuya a la contaminación.
La dispersión urbana es el resultado de un gobierno adecuado, pero ésta ha venido ocurriendo desde hace muchos años, y ha ganado a la capacidad de brindar a estos habitantes los servicios públicos, así como poder ofrecer viviendas dignas para una población que crece cada día más, a la cual podría ofrecérseles mediante una planeación responsable, centros urbanos que cuenten con los servicios necesarios.
Los espacios públicos que han perdido los ciudadanos, deben de ser devueltos. Es increíble que en Culiacán, capital de uno de los estados más violentos de nuestro país, se ubique el Jardín Botánico, un espacio reconocido en América Latina, por contar con una variedad de más de mil especies botánicas, así como instalaciones de arte contemporáneo de importantes artistas mexicanos y de todo el mundo. Este es un ejemplo de devolución de un espacio público a los ciudadanos, para su goce y recreación.
Es notorio cómo los privados se han ido apropiando de lo público, si tomamos en cuenta cuantas playas privadas existen, así como los franeleros que se han adueñado de los espacios públicos para estacionarse y comercios y restaurantes que invaden las aceras con la autorización de las autoridades.
Ante los desastres naturales, son muchas las ciudades en México que no cuentan con la capacidad de prevención, adaptación y respuesta a éstos. Las políticas públicas deben anticiparse a las tendencias del futuro replanteándose el diseño urbano, para crear construcciones más resistentes, fondos financieros que puedan dar respuesta a las reconstrucciones después del desastre.
El surgimiento de ciudades fantasmas ha obedecido a los altos índices de violencia a los que sus habitantes deben enfrentarse, provocando éxodos masivos por la inseguridad que se vive al ser tomadas por los cárteles del narcotráfico, lucha que continúa sin tregua en nuestro país.
Existen otros ejemplos en el mundo de la comunidad que se apodera de los espacios públicos. En nuestro país son los graffitis que recuerdan que el arte urbano es la expresión de una comunidad que carece de espacios para expresarse, así como la resistencia de aislarse y desvirtuar la esencia comunitaria.
La salud debe mejorarse en las ciudades con espacios adecuados para realizar ejercicio, ya sea caminatas o vías especiales para transitar en bicicletas, promoviendo las áreas verdes en las cuales pueda adquirirse alimentos saludables, mediante campañas efectivas de salud, así como el apoyo de los mercados locales que ofrezcan productos a un precio justo.
En América Latina existen megaciudades como la Ciudad de México y Sao Paulo, las cuales crecen a una velocidad vertiginosa y confusa y cuyas infraestructuras son grandes construcciones verticales y horizontales, consecuencia de varios factores, entre los que se encuentran el movimiento modernista, y otra a la importancia que se les ha dado a los automóviles, al grado tal que del presupuesto de transporte urbano, el 86% se destina a la inversión del vehículo individual.
Muchos describen como síndrome de nuestras épocas modernas, el miedo y la soledad, que muchas veces aqueja cuando la urbanización desplaza la dimensión humana y existen pocos espacios para que una comunidad interactúe, y los individuos se sienten aislados de la comunidad.
Desgraciadamente, las ciudades van creciendo conforme aumenta la población. El Desarrollo Urbano es una tarea que requiere prever el crecimiento de una ciudad o poblado y proveerlo de un balance para el bienestar de todos. Pensar en amplias avenidas y numerosos espacios públicos harán que una ciudad se sienta más amplia y menos poblada.
*Datos tomados del artículo #CalidadDeVidaUrbana en línea, organizado por Wikiprogress América Latina, en colaboración con Ethos.