VALLADOLID, Yucatán, 9 de agosto.- La ceiba tiene una gran importancia en la cosmología del pueblo maya y es que la espacialidad tiene como referentes generales, en un sentido horizontal, los cuatro rumbos y el centro.
Es decir un quincunce, en el que también se distinguen las esquinas como puntos significativos; en tanto que en sentido vertical están el cenit y el nadir según como lo tienen identificado los mayas.
El punto más importante, el que reúne y sintetiza a los seis restantes, es el centro, al que se representa simbólicamente por el árbol sagrado, el ya’axche’, la ceiba como mayormente es conocido en nuestra región.
Por otra parte, y ya situándonos en el mundo, se reconocen tres niveles: el cielo, ka’an, representado por las copas de la ceiba que se extiende hasta el cielo, la superficie terrestre, yóok’olkab, ejemplificado por el tronco en sí y el inframundo, yáanal lu’um, que viene siendo las raíces de este árbol.
La siembra del árbol sagrado de los mayas en el ruedo simboliza el inicio de la fiesta tradicional de un pueblo inmerso en una cultura heredada y que hasta hoy se siguen practicando en las comunidades del Oriente.
Los vaqueros son los encargados de ir a buscarlo, de cortarlo, de cargarlo con gran orgullo y de llevarlo a sembrar en el centro del ruedo, acompañada con el son de los tambores y de las cornetas.
Una vez ya colocado el ya’ax’che en el hoyo hecho en la tierra, el mayor de los vaqueros es el encargado de bendecir con agua bendita la unión de la tierra y el árbol, además de bendecir el comienzo de una fiesta que se trata de agradecer por la vida, por la armonía entre la gente y por la unión de un espíritu que se concentra y se envuelve en el árbol de la vida.
La ceiba es considerada también como un regalo de la madre naturaleza y con el corazón agradeciendo a Dios y pidiendo que allá una fiesta en tranquilidad y buenas cosechas para el pueblo.
Es por este último motivo que se coloca en las ramas del ya’ax’che los frutos comunes de la milpa como lo es la calabaza, elote, la sandía, entre otros productos con los que se suele adornar las ramas.
Esta tradición fue tomada de una de las más arraigadas en la región, especialmente la comunidad de Xocen en donde actualmente se encuentra de fiestas en honor a su santo patrono.
(Víctor Ku)