Yucatán

La celebración del dogma de la Asunción de la Virgen María

Pilar Faller Menéndez

Cada 15 de agosto se celebra el dogma de la Asunción de la Virgen María a los cielos, en Yucatán son muchos los municipios que celebran esta fiesta, como puede observarse en las páginas dedicadas a la cobertura de los Municipios que realiza el POR ESTO! como las imágenes de los fieles de Chicxulub Puerto, Motul, Cansahcab, Mocochá, Tetiz, Peto, Ticul, Mama, Tahmek, Sanahcat y Seyé, entre otros, y por todo el Estado siempre fiel a las celebraciones marianas.

Un dogma es una verdad de fe definitiva, absoluta, irrevocable, infalible, que no es cuestionable porque es revelado por Dios a través de la Biblia o la Sagrada tradición, que una vez proclamado, no puede ser derogado o negado ni por el Papa ni por decisión conciliar.

Para que una verdad se vuelva dogma debe ser propuesta directamente por la Iglesia Católica, como parte de su fe y su doctrina, motivo por el cual el pueblo de Yucatán le rinde homenaje y celebra el momento cuando el cuerpo y alma de la Virgen María fueron glorificados y llevados al Cielo, cuando ésta terminó su vida terrenal. Esto no debe ser confundido con la Ascensión, la cual se refiere a Jesucristo.

Los católicos tenemos la creencia de que todos los cuerpos resucitarán cuando llegue el final de los tiempos, pero en el caso de la Virgen María por un singular privilegia ocurrió anticipadamente. La Iglesia ortodoxa también celebra este dogma, el cual fue proclamado por Pío XII hace 170 años.

Fueron muchos los fieles que desde el año de 1849 comenzaron a enviar a la Santa Sede la petición de que la Asunción de la Virgen María fuera declarada un dogma de fe. Casi 50 años después, en 1950 el Papa Pío XII el 1º. de noviembre de ese año, publicó la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus en el cual proclamó este dogma con estas palabras:

“Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces (oraciones elevadas a la divinidad), y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios Omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, terminando su curso en su vida terrena fuera asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial”.

Es por esto, que la fiesta de la Asunción de la Virgen María es una anticipación a nuestra propia resurrección, ya que se relaciona con la Resurrección de Jesucristo y nuestra propia resurrección, ya que María fue un ser humano como nosotros.

La Santa Biblia no nos proporciona información sobre los últimos años de María en la tierra desde el Pentecostés cuando el Espíritu Santo vino a llenar con su luz a los apóstoles, hasta la Asunción de la Virgen María, aunque sabemos que ésta fue confiada por Jesús a San Juan. Al declarar el dogma de la Asunción de María, Pío XII crear una polémica sobre si la Virgen resucitó enseguida de su muerte, o si se marchó directamente al cielo.

Son varios los teólogos que piensan que la Virgen murió para asemejarse a Jesús, aunque otros sostienen que fue el “Tránsito de María” también llamado Dormición que significa que su muerte no existió y que en vida subió al cielo, tal y como se celebra en Oriente desde los primeros siglos.

Ambas posturas tienen la coincidencia de que la Virgen María recibió un privilegio especial de Dios, de no experimentar la corrupción de su cuerpo y fue asunta al cielo, en donde se encuentra viva y gloriosa reinando junto a Jesús.

Es por esta razón que su Asunción tiene un gran significado para los católicos, motivo por el cual se celebra con una fiesta en todos los rincones del mundo y en especial en nuestra tierra que siente una gran devoción hacia la Virgen.