Mario Renato y Alicia:
Saludo como hace años la publicación cada día del periódico Por Esto!, en este tiempo de tempestades que convocan a una nueva cultura.
Ante situaciones como esta que vivimos con el coronavirus 19 en medio de la crisis de humanidad en la larga agonía del sistema fundado en la institucionalidad de la injusticia, con gobiernos policiacos encargados de la ganancia a toda costa y la represión en todas sus formas contra las iniciativas sociales para cambiar la situación, en Yucatán, en México y el mundo.
Me refiero a la condición humana con calidad de vida y la convivencia sin elites privilegiadas, enfermas, consumistas y violentas.
El régimen mundial del dinero, la defensa de pequeñas minorías privilegiadas sostenidas por masas fanatizadas consumidoras de espectáculos efímeros, en contraste con la pobreza de miles de millones, unos atrapados en la pobreza con destrucción ecológica y otros con migrantes en busca de nuevas oportunidades. Aunque la sabiduría ancestral maya muestra otra vez su capacidad de aprehensión para Ser-en-el-mundo.
Estamos en este proceso que combina el aislamiento indispensable, la distancia, la higiene, la información continua sin cegueras, con la necesidad de apoyar las medidas correctas de los encargados de la salud en México con esta grave herencia del abandono de los servicios de salud que han costado largas luchas a nuestro pueblo.
No caer en las diferencias políticas y luchas para fraccionar la unidad básica en esta emergencia, no dejarse llevar por odios facciosos alimentados por los reductos de la derecha pripanista que dejaron la economía nacional endeudada, atrapada en lo efímero más perverso de la ostentación de la vida cortesana de una minoría que se creyó a sí misma “superior” (la casta divina), que concentró los ingresos económicos y el poder. Ahora siembran miedo para causar shock a la hora de una tregua indispensable para la sobrevivencia y reflexionar sobre otro mundo posible con imaginación creativa, con el resurgimiento que no repita lo inhumano.
Con un abrazo fraternal
Jesús Peraza Menéndez
21 de marzo 2020