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Yucatán

El ejército de los guerreros de terracota

Pilar Faller Menéndez

Hace apenas 46 años que unos trabajadores descubrieron, mientras excavaban un pozo cerca de Xian, China, un guerrero de tamaño natural de terracota, lo que dio origen a excavaciones posteriores que pudieron desenterrar el que es considerado uno de los mayores descubrimientos arqueológicos de la historia.

Junto a la tumba de quien fuera el primer emperador de la China unificada, Qin Shi Huang, se encontraban tres fosas grandes que guardaban un tesoro que se mantuvo oculto por casi 2 mil doscientos años: un enorme ejército de terracota constituido por más de 8 mil soldados, así como una caballería de 150 animales y 130 carros que eran tirados por 520 caballos. También se encontraron armas como docenas de espadas, 40 mil puntas de flecha, ballestas, lanzas y otras armas de bronce. Este ejército, que custodiaba la tumba del emperador, sigue todavía maravillando a la ciencia que todavía no ha podido descifrar todos los secretos que esconde este sitio arqueológico.

El emperador Qin Shi Huang, fue enterrado aproximadamente en el año 210 antes de nuestra era, en medio de un esplendor que solamente podría ser comparado con los mausoleos de los faraones de Egipto. Sima Qian, un historiador chino, relata que para la construcción de la majestuosa tumba, pudieron haber participado hasta 700,000 hombres durante varias décadas, ya que en su interior puede observarse la simulación de un país con palacios y torres, así como cien ríos corriendo los cuales fueron simulados con mercurio.

Los historiadores no pudieron, a partir de las referencias históricas con las que contaban, imaginarse o suponer la majestuosidad del conjunto de figuras humanas de tamaño real de cerámica, las cuales fueron fabricadas con piezas separadas que posteriormente se unían. Algo que llama mucho la atención, es que a pesar de que para las caras se utilizaron diez moldes, después fueron retocadas para que cada una fuera personalizada y ningún rostro fuera igual. Las figuras se cubrían de esmalte y eran pintadas de colores diferentes, los cuales hoy en día casi no pueden apreciarse, pero en su momento parecían figuras humanas reales.

Algo que resultó sorprendente, es que todas las armas se encontraban intactas, y afiladas como si estuvieran listas para el combate, y fue después de un análisis químico cuando se descubrió que utilizaron un procedimiento de cromado de metal que impedía la corrosión, que apenas fue patentado en el Occidente el siglo pasado. Un equipo multidisciplinario de diversas instituciones, pudo descifrar las técnicas que se emplearon para su fabricación, así como la organización que tuvieron para la misma.

El estudio publicado en la revista “Scientific Reports” explica que la conservación de las piezas de bronce no fue en realidad el cromado que se utilizó en el acabado, sino que fueron las características de la composición del suelo de Xian la que las conservó en perfecto estado.

Parece ser que resulta más interesante analizar la conservación de las armas, que el imponente ejército de terracota, ya que en otros países las armas que se han hallado de antiguas batallas, se presentan en un estado avanzado de corrosión, lo cual no sucedió en Xian, debido a la composición de la tierra, por lo que se descartó el cromado utilizado para la conservación de las armas del ejército de terracota.

Todavía no ha podido descartarse que los herreros chinos hubieran empleado otras técnicas para asegurar la conservación de las armas y no se descarta la posibilidad de que durante la dinastía Qin se desarrollaran procesos tecnológicos que aún no se han descifrado o descubierto, por lo que las investigaciones en este sitio arqueológico no han concluido, ya que los científicos apuestan por otros descubrimientos que develen los nuevos procesos tecnológicos ancestrales.

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