
Yucatán enfrenta una crisis sanitaria sin precedentes: más de 700 casos de gusano barrenador del ganado han sido confirmados, afectando a diversas especies y poniendo en riesgo la economía ganadera del estado. Sólo en la última semana se detectaron 90 nuevas infecciones en 44 municipios.
La Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) reporta que hasta la fecha se han detectado 794 casos en 83 municipios, con un total de 572 bovinos, 121 caninos, 28 porcinos, 12 equinos, 16 ovinos, 3 caprinos, 2 felinos y 1 cérvido afectados. Los municipios más impactados incluyen Mérida, Tizimín, Ticul y Tekax.
En los municipios de Conkal, Progreso, Timucuy, Calotmul, Motul, Buctzotz, Chemax, Valladolid, Tunkás, Cansahcab, Sudzal, Maxcanú, Mama, Hoctún, Santa Elena, Maní, Homún, Oxkutzcab, Yaxcabá, Muxupip, Tekantó, Acanceh, Kantunil, Tixpehual, Kopomá y Opichén se detectó un caso en cada uno.
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Izamal, Tahmek, Panabá, Tecoh, Kinchil, Sotuta, Tixkokob, Sucilá y Hunucmá registraron dos casos cada uno; Chikindzonot, Cenotillo y Cacalchén, tres cada uno; Tekax y Temozón, cuatro cada uno; Ticul y San Felipe, cinco cada uno; Tizimín, siete, y Mérida 12 casos.
En coordinación con las Asociaciones Ganaderas Locales (AGL) y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), la dependencia aseguró que trabaja para garantizar el bienestar del hato ganadero de Yucatán.
Panorama nacional
La situación es aún más alarmante cuando se considera que, a nivel nacional, México ha registrado un aumento del 32% en los casos de gusano barrenador desde agosto de 2025, con más de 7 mil casos confirmados en estados como Chiapas, Oaxaca y Veracruz.
Este incremento ha generado preocupación en las autoridades sanitarias y ganaderas del país.
El gusano barrenador, conocido científicamente como Cochliomyia hominivorax, es una mosca que pone sus huevos en heridas abiertas de animales de sangre caliente. Las larvas eclosionan y se alimentan del tejido vivo, causando infecciones graves que pueden llevar a la muerte del animal si no se tratan a tiempo.
Además de los daños económicos directos, la plaga ha provocado restricciones en las exportaciones de ganado mexicano a Estados Unidos, afectando aún más al sector ganadero.
En respuesta a esta emergencia, las autoridades estatales han intensificado las campañas de prevención y control, incluida la liberación de moscas estériles y la aplicación de tratamientos veterinarios. Sin embargo, la propagación de la plaga y la falta de recursos en algunas áreas rurales complican los esfuerzos para erradicarla.