Para los animales domésticos como perros y gatos, los fuegos artificiales (cohetes, petardos, tronaderas, etc.) representan más que un ruido molesto: su audición es mucho más sensible que la humana, pues pueden escuchar frecuencias más altas y sonidos más lejanos.
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El médico veterinario zootecnista José Pablo Ek Canto explicó que los estruendos de la pirotecnia pueden alcanzar niveles de 120 a 175 decibeles (dB), rango que para los humanos supera lo considerado dañino, y que para los animales con oídos sensibles puede resultar doloroso o provocar reacciones extremas.
Principales reacciones en mascotas
Durante o inmediatamente después de la pirotecnia, las mascotas pueden manifestar una variedad de reacciones físicas y conductuales que ponen en riesgo su integridad:
- Perros: temblores, jadeo excesivo, salivación, huida o intentos de escape. En la confusión pueden saltar bardas o abrir rejas, lo que incrementa el riesgo de atropellos o accidentes.
- Gatos: tienden a esconderse en lugares oscuros y protegidos como armarios, debajo de muebles o rincones. En algunos casos desarrollan estrés prolongado, con síntomas de miedo persistente a ruidos, ansiedad e incluso problemas físicos derivados del estrés.
El experto añadió que, además del impacto auditivo y psicológico, la pirotecnia genera efectos físicos directos: partículas químicas, humo o residuos que pueden ser inhalados o ingeridos, lo que representa un riesgo para animales con sistemas respiratorios o digestivos delicados.
Asimismo, la exposición repetida a petardos sin anticipación puede desencadenar una sensibilidad permanente a ruidos cotidianos como los de camionetas, tormentas o truenos, generando estrés y conductas evasivas de forma duradera.
Recomendaciones para mitigar el impacto
Para reducir los efectos de la pirotecnia en mascotas, se aconseja:
- Mantenerlos dentro de casa, en un lugar seguro y cerrado.
- Asegurar ventanas y puertas herméticas para disminuir el ruido.
- Evitarlos de la exposición a luces y resplandores.
El especialista subrayó que estas medidas son esenciales para proteger la salud física y emocional de los animales durante las celebraciones decembrinas.