La Gran Muestra Estatal de Altares 2025 se llevará a cabo el martes 28 de octubre a partir de las 10 de la mañana en la Plaza Grande de Mérida, como parte del programa del Janal Pixán, una de las tradiciones más significativas del pueblo maya.
En esta edición, se espera la instalación de al menos 80 altares, elaborados por municipios, instituciones académicas, asociaciones y dependencias del Gobierno del Estado, los cuales ofrecerán al público una experiencia visual y simbólica que refleja el respeto por la memoria y las raíces del pueblo maya.
Cada altar mostrará los elementos tradicionales del Janal Pixán, como flores, velas, fotografías, cruces verdes, dulces y los platillos típicos como el pib o mucbipollo, que representan la convivencia entre la vida y la muerte desde la cosmovisión maya.
Como parte de las actividades, se realizará una demostración del juego de pelota maya "Pok Ta Pok", símbolo del equilibrio entre el mundo terrenal y el espiritual, con el que se cerrará la jornada en un ambiente de respeto y orgullo cultural.
Janal Pixán, tradición maya que continúa
El Janal Pixan, o "comida de las ánimas", es una tradición del pueblo maya que se lleva a cabo para recordar de una manera especial a los amigos y parientes que se adelantaron en el viaje eterno.
Es un acontecimiento especial para los deudos de los difuntos, pues saben que, en estos días, del 31 de octubre al 2 de noviembre, las ánimas "reciben permiso" para visitar a sus familiares.
Noticia Destacada
Todo lo que se debe saber sobre el Festival de las Ánimas 2025 en Mérida: horarios y eventos destacados
El primer día se dedica a los niños y le llaman u janal palal. El segundo día, 1 de noviembre, está dedicado a los adultos muertos y le llaman u janal nucuch uinicoob, y el tercer día es el u janal pixanoob llamado en algunos lugares misa pixan, porque ese día se aplica una misa dedicada a las ánimas, por lo general en el cementerio de la población.
Una semana después, se efectúa el bix (ochovario del día de finados, se dice también de la reunión o fiesta que se hace a los ocho días de algún acontecimiento) u octava, que es una especie de repetición menos complicada que la anterior. En las noches de esos días, en las puertas de las casas y en las albarradas se encienden hileras de velas para que las almas vean su camino al venir y al retirarse de la población al terminar los finados.