El espíritu de lucha de las infancias que combaten al cáncer dará el salto más allá con la campaña “No me rindo”, una colaboración entre la Asociación Mexicana de Apoyo a Niños con Cáncer (Amanc) Yucatán y la artista Paola Boyancé.
El evento consiste en la exposición de más de 30 fotografías –de fotógrafos nacionales y locales– donde los niños se convierten en luchadores; también se llevará a cabo una subasta y lo que se recaude se destinará a la asociación.
“Esta campaña surge a partir de una serie de talleres que hicimos con los niños donde ellos diseñaron sus trajes de luchadores. Se les hizo una entrevista y una de las preguntas era cuál era su grito de luchador. Uno contestó ‘no me rindo’, de ahí sale el tema para la campaña”, apuntó la fotógrafa y narradora visual.
Dueños de su identidad
Asimismo, acotó que cada participante estuvo durante el diseño, eligió los colores y adoptó un nombre para su identidad como luchador, que se podrá conocer el día de la subasta.
Durante la presentación, dos de los niños participantes dieron un adelanto enseñando los disfraces que diseñaron para la muestra. Diego, uno de los beneficiarios de Amanc, explicó que el color de su traje es el verde porque es su tonalidad favorita; los accesorios elegidos, como sus guantes, se deben a que es un gran aficionado al futbol, especialmente por su fanatismo hacia el portugués Cristiano Ronaldo.
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Cuándo y dónde será el evento
La directora general de Amanc Yucatán, Isabella Rivas Castilla, detalló que la exposición se llevará a cabo el 20 de noviembre en Casa Palomeque, con acceso gratuito.
Las puertas abrirán a las 19:00 horas para que los interesados accedan y conozcan las fotografías. Posteriormente, se llevará a cabo la subasta de las piezas. Se contará con música en vivo para amenizar la jornada.
Por su parte, la presidenta de Amanc Yucatán, Marissa Paola Goff, apuntó que en la actualidad la Asociación atiende a cerca de 500 beneficiarios en sus instalaciones ubicadas en Mérida.
Explicó que este tipo de actividades son de gran apoyo para los niños que atienden, ya que los tratamientos, medicamentos y recuperación de quienes padecen cáncer tienen un costo elevado, por lo que siempre están abiertos a encontrar nuevas formas de mantener arriba el financiamiento de sus actividades.