El policía fallecido, Felipe Nery Blanco Méndez, de 32 años, llevaba 5 años y seis meses en la corporación / Hace un año y medio se casó / Mientras, su compañero herido, José Antonio Rodríguez Basto, tiene 24 años en la institución y está gravemente herido / Está casado desde hace 23 años y tiene dos hijos de 22 y 16 años, respectivamente / El hombre que les disparó llevaba 5 días sin dormir por la presión de solucionar el secuestro de su padre
El Policía Manuel Felipe Nery Blanco Méndez, de 32 años, es el elemento de la Policía Estatal Investigadora que falleció víctima de un balazo en la cabeza y su compañero José Antonio Rodríguez Basto, de 43, recibió una herida de bala en el rostro. Los disparos fueron hechos por un hombre que trasladaban a las oficinas de la FGE y que minutos antes solicitó apoyo para su protección, ya que un familiar suyo permanece secuestrado en Chetumal, Quintana Roo.
Mientras, en el municipio de Ticul una camioneta X-Trail con placas de Quintana Roo fue asegurada por elementos de la FGE y luego trasladada a Mérida, ya que se presume fue utilizada por el hombre que le disparó a los policías. En otra nota, en esta misma sección, se dan las versiones diferentes de los hechos.
Manuel Felipe Nery Blanco Méndez tenía 5 años y seis meses dentro de la corporación. Estuvo en el grupo ETRI y actualmente, por sus logros, estaba comisionado en la Unidad Especializada al Combate al Secuestro (UECS).
Hace un año y medio se casó con Isabel Alejandra Mena Gala y no tenía hijos.
Mientras, el agente herido, José Antonio Rodríguez Basto, tiene 24 años de antigüedad y seis meses. Está casado con Josefina Margarita Piña Rosado, de 42 años. Sus hijos Jaqueline tiene 22 años y su hijo José Alejandro 16.
Su estado de salud es reportado como grave, aunque ya no corre riesgo su vida.
El autor de los disparos, cuyo nombre es resguardado para las investigaciones, trascendió que llevaba cinco días sin dormir desde el secuestro de su padre en Chetumal, Quintana Roo, y que prácticamente perdió la noción del tiempo y del espacio.
En términos coloquiales, “el hombre prácticamente se volvió loco” y sacó del bulto de su esposa un arma con la que le disparó a los policías con los resultados antes mencionados. Vale la pena señalar que su esposa cargaba dos armas, pues el miedo a ser secuestrados desde Quintana Roo a Chetumal se convirtió en una profunda presión que minó su conciencia.
Trascendió que la pareja pidió auxilio al 911 y de inmediato y en minutos fueron asistidos por los policías de la (UECS). Los policías les pidieron que para formalizar su denuncia y justificar su llamada deberían de poner una querella en las instalaciones de la FGE, en el kilómetro 46 del Anillo Periférico. Los policías de la PEI ofrecieron trasladarlos a la FGE, pero cuando ya estaban por la lateral y a punto de entrar a los terrenos de la Fiscalía, el hombre perdió la cabeza, sacó una de las armas del bolso de su esposa y realizó los disparos con los resultados ya conocidos.
Estos lamentables hechos son completamente ajenos a la narco-manta que los grupos del Crimen Organizado pusieron en Villahermosa, Tabasco, y que amenazaban con venir al puerto de Progreso a cobrar venganza con un delincuente que presumiblemente radica en el lugar.
(POR ESTO! / Policía)