HUNUCMA, Yucatán, 18 de mayo.- Por causas desconocidas, aunque todo apunta a un posible corto circuito, poco después de este mediodía ardió en llamas una céntrica bodega de bebidas alcohólicas, propiedad de la Licorería “El Chato Ceballos II”, propiedad de William López Ceballos.
Este es el segundo edificio céntrico que se incendia en este fin de semana, pues todavía este viernes en la madrugada, se quemó también antigua casona ubicada en la calle 30 entre 25, propiedad de la Sra. Wilfrida Pilar Maldonado Solís, tal como dimos a conocer en nuestra edición de hoy sábado.
Minutos antes de las 13:00 horas, vecinos y comerciantes de la calle 31 entre 30 y 32, frente a la fábrica de hielo de esta ciudad, se alarmaron por el fuerte humo de color negro, que salía con intensidad de la puerta de dicha bodega.
En un principio, sólo el encargado del negocio, junto con la dueña del edificio, Profa. Beatriz Castilla Puerto, comenzaron a tratar de apagar las llamas. Con la ayuda de algunos voluntarios, y con una bomba de agua, comenzaron a rocear el interior del cuarto, sin embargo no pudieron hacer nada, por la magnitud del siniestro.
Los primeros en llegar para sofocar el fuego, fueron los elementos de Protección Civil Municipal, quienes, a pesar de que carecen con lo más elemental para desempeñar su labor, como pudieron se equiparon, y con un motor, con agua extraída de un tinaco rotoplás, que se ubica encima de su camioneta, comenzaron a apagar el fuego.
Minutos después llegaron los elementos del H. Cuerpo de Bomberos, con los carropipas Nos. 781 y 794, equipados con uniformes y tanques de oxígeno, mascarillas, etc., ingresaron al interior para enfrentarse al fuego, mientras decenas de voluntarios hacían su parte afuera.
Hubo necesidad de cerrar el tráfico vehicular en la calle 30, para que las autoridades puedan realizar su labor. Esta habitación habilitada como bodega, forma parte de un antiguo e histórico edificio, conocido como “El Zaguán”.
Cómo el fuego amenazaba con extenderse a otros predios, hubo necesidad de incrementar las tareas, lograron apagar el siniestro cerca de las 15:00 horas.
En el interior de la bodega, donde salía humo sofocante, sólo se veían restos de lo que fueron cartones de cerveza, y cajas de licor, que también fueron arrasados por las llamas, al igual que las demás pertenencias que ahí se guardan.
Ramón Reyna Fernández