ESCARCEGA, Campeche.- El personal y los clientes que se hallaban en la tienda departamental Coppel, ayer a las 19:30 horas, fueron desalojados al activarse las alarmas de incendio. Un sobrecalentamiento en los compresores del aire acondicionado generó una nube de humo que activó el sistema de alerta y no hubo heridos, ni pérdidas materiales que lamentar.
La gente pensó inicialmente que se trataba de uno de tantos simulacros que regularmente suelen realizar en esa tienda departamental en cumplimiento con los protocolos de prevención de accidentes, pero una vez que se confirmó que en realidad había una emergencia, todo el personal fue instruido para que llevara a buen resguardo a los clientes que se hallaban dentro del comercio.
Según se indagó, la eventualidad que generó el desalojo del personal y los ciudadanos ocurrió en el tercer piso de la tienda, en el área de muebles y zapatería, cuando de los ductos de aire acondicionado empezó a salir un denso humo negro que activó enseguida la alarma contra incendios, y aunque no hubo fuego visible, el humo alertaba que algo andaba mal.
La tienda cuenta con dos entradas y áreas de estacionamiento, y en esos lugares el personal que se hallaba de turno fue concentrado, mientras que la gente se fue retirando en cuanto estuvo fuera del edificio de tres plantas, al ver que llegaban elementos del Cuerpo de Bomberos y de la Dirección de Seguridad Pública.
Los “traga humo” entraron y dialogaron con los técnicos, quienes informaron lo ocurrido y subieron junto con los policías a la azotea del edificio, ya que el problema que desató la emergencia fue un sobrecalentamiento en el área de compresores industriales del aire acondicionado, que al liberar el humo se fue por los ductos hasta el nivel más alto, por lo que estos aparatos fueron apagados.
A las 20:15 horas todo el personal regresó a la tienda, pero no se activaría el aire acondicionado hasta que técnicos especializados realicen una supervisión exhaustiva del sistema, de modo que se exhortó a retirarse a los clientes porque se cerraría el edificio.
(Texto y fotos: Martín Contreras)