El papel picado, un llamativo en esta festividad mexicana, sobre todo en la tradicional celebración de los altares de muerto en donde los multicolores papeles o banderitas resaltan en cada ofrenda; comerciantes externaron que obtuvieron buena venta este año.
El colorido papel picado tiene un gran reconocimiento nacional e incluso internacional, volviéndose pieza clave de cualquier fiesta con temática mexicana y en los altares de muertos.
“Este producto lo traemos de México, la venta del papel picado estuvo bien y los dulces se nos terminaron, este año nos fue bien, inclusive mejor que el año pasado”, mencionó Mauro Gómez.
Peticiones
Las calaveritas de azúcar y los distintos dulces tradicionales son solicitados, así como los adornos de papel picado o banderitas son el adorno de las tradicionales ofrendas que cada año son instaladas en los hogares en memoria de los fieles.
Comerciantes mencionaron que muchas personas se quejaron que en algunos locales daban costos excesivos, afectando la economía de los clientes.
“Obtuvimos una ganancia considerable, debido a que dimos precios accesibles, también para el día de San Judas tuvimos buena venta con las banderitas, aquí sí son muy devotos de San Judas”, afirmó Olivia Salazar.
Destacaron que casi no tuvieron ventas de productos de Halloween como calabazas, calaveras, arañas, normalmente solicitaron lo tradicional como “catrinas”, papel picado con colores llamativos.
Asimismo recomendaron que consulten precios en distintos locales, ya que algunos dan precio excesivo, por lo que hizo falta la presencia de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), para que los precios estén a la vista del público.
Reactiva la economía
“Los comerciantes deben de exhibir los precios de los productos para que así la ciudadanía decida dónde comprar, sobre todo no exagerar en los precios, ya que la economía no está como antes, con precios bajos. Si se reactiva la economía, fluye más la demanda y no nos genera pérdida, sobre todo este producto que sólo lo vendemos una vez al año”.
(Texto: Irene Barradas / Fotos: Carlos Valdemar)