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Campeche

Cheneros recuerdan a sus difuntos

HOPELCHEN, Cam., 1 de noviembre.– El ajetreo comenzó desde la noche del miércoles y para la mañana de este jueves, en los hogares de esta ciudad, se contaba ya con los ingredientes para la elaboración de los pibipollos y la colocación de los altares, como parte de la celebración de día de muertos, una tradición que sigue viva y a pesar de que la situación económica no es la mejor por estos días, lo cierto es que muy pocos se quedaron sin recordar a sus difuntos.

El mercado municipal, pollerías, carnicerías, expendios de frutas y verduras, al igual que vendedores ambulantes de masa, hoja de plátano, xpelón, mandarinas, naranjas y jícamas, tuvieron ventas importantes.

En tanto, las panaderías registraron ingresos por encima de lo normal, ya que se incrementó considerablemente la venta de pan, principalmente el pan de muerto, aunque también mucha gente compró pan dulce chico y pan grande de los conocidos como cocotazos, batidos, patas, francés, polvorones, etc.

En lo que fue el día de los difuntos adultos, el ingreso más importante para las panaderías, lo fue el “horneado” de los pibipollos, debido a que uno de los insumos, como la leña, escaseó desde principio de semana. El xpelón y la hoja de plátano subieron de precio, de 12 a 15 pesos, en contraste en algunos puntos de venta el kilo de pollo bajo de 45 a 40 pesos, así mismo se ofreció el ramo de flores a 15 pesos y los arreglos florales estuvieron entre 50 y 300 pesos, según tamaño y variedad de las flores.

Como ya es tradicional en esta ciudad, el miércoles se caracterizó por la colocación de altares, en ellas comidas tradicionales como el puchero para recordar a los difuntos menores; fue este jueves cuando los pibipollos aparecieron de manera generalizada y por ello, las calles de la ciudad permanecieron prácticamente vacías, incluso establecimientos dedicados a la venta de alimentos, no abrieron sus puertas y en las tortillerías se avisó a los clientes que hoy viernes no trabajarían, debido a que en las casas, habrá “recalentado” ya que siempre hacen suficientes pibes de pollo y de frijol.

Las familias Ramos Pérez, Cauich Chí, Bonfil Espinoza, Uc Acosta, Santos Uc, Sonda Uc, entre otras, no dejaron pasar esta oportunidad para convivir, mientras preparaban, el co’ol de puerco y pollo, revolvían la masa con manteca y frijol, asaban la hoja de plátano, para preparar los pibes, en tanto que preparaban, se limpiaba el hueco, se colocaban las piedras y la leña, para su encendido, una madera estaba lista para sacar los tizones y acomodar las piedras para colocar los pibipollos para su cocción y las hojas de roble se encargaron junto con la tierra para hacer el trabajo y 70 minutos más tarde, ya se sacaban los pibes, para colocarlo sobre la mesa.

Recordamos a quienes se nos han adelantado en el camino

“Doña Bety” asegura que estas actividades son parte de nuestras costumbres y tradiciones, y recordamos a nuestros difuntos con altares, rezos, pibipollos, limpieza y pintura de sus tumbas. Es un punto de encuentro de familiares y amigos que nos reúnen para recordar a nuestros difuntos niños y adultos, ya que a pesar de no estar entre nosotros, tras su partida, nos dejaron un legado de afecto, lealtad, amor y solidaridad, y todo lo que se haga para recordarlos siempre es grato. Destacó que en comunidades como la suya se crían aves de corral, se siembra maíz y es muy poco lo que se compra y desde la noche del miércoles iniciaron los preparativos para que antes del mediodía los alimentos ya estén en el horno listos para su cocimiento, para luego hacer los honores en los altares y no falta el rezo para pedir por el descanso eterno de sus almas.

De su lado, doña Sofía asegura que año con año hace sus pibes de carne y de frijol, la gente ya conoce de su sazón y siempre hace de más porque hay gente que acude a su domicilio para comprar su pibipollo que en esta ocasión ofreció a 150 y 200 pesos, según el tamaño.

Dijo que el “trajín” comienza desde un día antes y cuenta con la ayudad de sus hijos e hijas, lo que permite que a la una de la tarde ya estén fuera del horno y aunque es más laborioso, el sabor que le da la leña, el aroma de las hojas de robles y el propio que le da la tierra que cubre el horno dan un toque especial a este alimento que acompañado de alguna bebida caliente como café o chocolate, es algo que no puede uno perder par disfrutar, porque ante todo es una convivencia familiar.

“Tuvimos nuestras mejores ventas”

Justo Pastor Moo, de la panadería “Emma”, destaco que este jueves tuvo su mejor venta en lo que va del año. Con anticipación adquirió insumos como harinas, azúcares, mantequilla, leche, esencia de naranja y anís para preparar el tradicional pan de muerto que este año vendió a 10, 20, 30 y 50 pesos, según el tamaño; el pan chico tuvo gran demanda y los compradores fueron gente de comunidades rurales que adquirieron en cantidades importantes, ya que su precio fue accesible. El pan chico a 2 pesos la pieza y el grande a 10 pesos entre ellos el batido, el polvorón, el cocotazo, los tutis, las conchas, las camelias y las patas, entre otros.

Sin embargo su ingreso más importante fue en el horneado de los pibipollos, ya que desde las 8 de la mañana metió al horno la primera “tanda” y la última remesa la terminó de cocer a las 4 de la tarde.

“Fueron cerca de 80 latas, el costo fue de 20 y 40 pesos cada una, según el tamaño, y a la cocción se le dio el tiempo suficiente para que el alimento salga crujiente”. Concluyo diciendo que este año no se hicieron pibes de pollo y frijol para la venta al público, porque el horno siempre estuvo lleno y no hay que dejar mal a los clientes, principalmente porque al ir a recoger su encargo, se llevaban también panes, por lo que no hubo tiempo para elaborar pibes.

Por su parte doña Socorro, oferente de frutos y frutas de temporada afuera del mercado municipal, tuvo su mejor día en ventas de jícama, mandarinas, chile habanero, xpelón, toronjas y paquetes de hoja de plátano, que se acabaron rápidamente, por lo que su jornada laboral terminó antes de tiempo, y regresó a su comunidad, Crucero San Luis, para compartir con su familia los alimentos, dulces y bebidas para celebrar el Día de Muertos, tradición que sigue vigente y a pesar de los tiempos difíciles, siempre se da la oportunidad para hacer de la nostalgia que provoca el recuerdo de un ser querido, un momento de sana convivencia.

Mayor afluencia de gente en el cementerio

Este jueves, el cementerio municipal registró mayor afluencia de gente respecto al pasado miércoles, debido a que la gente estuvo presente en el panteón municipal para continuar la limpieza y pintura de las tumbas, así como la colocación de flores y veladoras, ello como preámbulo para la misa de los fieles difuntos que se oficia año con año en el camposanto. Decenas de vehículos se estacionaron en el área, seguidos de cerca por elementos de la Policía Municipal, que se encargaron de la vigilancia para una mayor seguridad y mejor fluidez del tránsito vehicular.

Al recordar a los difuntos mayores, fue mayor la afluencia de gente lo que sirvió para la convivencia ya que este fue también un encuentro entre profesionistas que por cuestiones laborales se ausentaron de la ciudad y que al regresar se encontraron con amigos, surgiendo en la plática las anécdotas, los chascarrillos y más que nada los recuerdos estudiantiles y también de aquellos que se nos han adelantado en el camino y que fue el motivo de la visita al panteón municipal. Para hoy viernes por la mañana, se espera la visita de más personas, ya que habrá de celebrarse la misa de los Fieles Difuntos que es una tradición de la feligresía católica.

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