Pese a la exacerbada compra de último minuto de cientos de familias en las tiendas comerciales, centros de abasto y tiendas departamentales, los niños fueron los menos beneficiados y a los adultos les fue mejor.
Algunos ya aguardan la llegada de los Reyes Magos y dejaron a Santa Claus atender los intercambios de regalos, aunque también se acordaron de algunos niños, aunque lo fuerte para ellos será el 6 de enero.
En las solitarias calles de la ciudad y parques, se observó a muy pocos niños con juguetes, mientras las fiestas continuaban en la mayoría de las casas con el recalentado.
Es así que Santa Claus, no llegó a todo los hogares campechanos, dándole prioridad a la cena y los intercambios de regalos entre adultos, donde se reflejó los gastos y la estimación de las familias.
En las comunidades rurales, sigue prevaleciendo el predominio de los Reyes magos, mientras que el 24 de diciembre se centra mayormente en términos religiosos.
De acuerdo al presbítero Francisco Velázquez Trejo, las fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica, celebrar la Natividad, es decir, el nacimiento de Jesús de Nazaret. La Navidad es un Nacimiento, por ello debe celebrarse el nacimiento de Jesús, el Hijo de María y de José.
Refiere que la llegada del Niño Jesús la tristeza es arrojada fuera, porque la Virgen ofrece a su hijo como comienzo de vida nueva.
Recordó que Jesús nace en la pobreza del mundo, porque no hay un puesto en la posada para él y su familia y en una sociedad frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo, de apariencia y de narcisismo.
(Nicolás Guzmán)