HOPELCHEN, Cam., 24 de mayo.- Urgimos la inmediata intervención en contra de quienes desde hace varias décadas están usufructuando de forma irracional los recursos naturales en la Región de Los Chenes, que de ser una de las más productivas del país podría ser ejemplo de una catástrofe ecológica y productiva, manifestaron el líder supremo indígena Filiberto Ku Chan y el empresario local Rogelio Ramos Pérez.
Declararon que antes la corrupción y la impunidad, presentes –tal vez aún- dentro de la estructura gubernamental, impedían actuar en contra de los infractores; sin embargo, el nuevo gobierno ha garantizado que se actuará en contra de quienes no cumplan con la ley.
Por ello, quienes han atestiguado cómo en unos cuantos lustros ha sido transformado para mal el medio ambiente en Los Chenes, debido a la tala de la selva alta y baja para establecer cultivos intensivos de maíz, sorgo y ahora de arroz, esperan la inmediata intervención de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Comisión Nacional del Agua (Conagua), entre otras, para que frenen las ilegalidades que se han cometido en nombre de la productividad.
Ku Chan y Ramos Pérez consideraron que también los gobiernos estatal y municipal deben actuar, ya que tienen dependencias vinculadas al tema ambiental, entre ellas la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnatcam) y el Programa Municipal de Ordenamiento Ecológico Local Territorial (POELT).
Los declarantes consideraron que no se trata de frenar la inversión, sino de revisar si el modelo que se adoptó es lo mejor para los cheneros y su entorno medioambiental.
Razonaron que los métodos que usaron empresarios y agroproductores menonitas para establecer sus plantaciones intensivas de monocultivos, sobre todo granos forrajeros, se valieron de prácticas ventajistas para prácticamente apropiarse de las mejores tierras.
Asimismo, también es cierto que durante 30 años enormes superficies, que antes estaban ocupadas por selva baja, selva alta y acalchés y que eran el hábitat de miles de especies de animales y plantas, hoy en día están devastadas. Las consecuencias están a la vista, por lo que es urgente ponerle un freno a este megaproblema.
De no llevarse a cabo actos concretos para frenar el aprovechamiento irracional de los recursos naturales, pronto la propia agricultura podría pasar a la historia o ser una actividad marginal como ocurrió con la madera, el maíz y, ahora, con la miel, consideraron.
Además, señalaron que es lamentable que los gobiernos que antecedieron al de Andrés Manuel López Obrador hayan optado por políticas negativas, que empobrecieron a los agricultores tradicionales y favorecieron sobremanera a empresarios y agricultores que, por no tener querencia alguna hacia la tierra donde están asentados, no dudan en sobreexplotarla.
Ku Chan enfatizó que actualmente en Hopelchén existe una enorme regresión en materia de posesión de la tierra, ya que ésta está en manos de grandes productores, al menos las superficies que ofrecen mayor productividad.
“No es posible que con las herramientas legales con que cuentan las dependencias federales no hayan actuado para frenar los desmontes y el cambio ilegal de uso de suelo, la perforación de pozos profundos y unidades de riego que carecen de la concesión correspondiente.
“Tampoco están regulando el uso indiscriminado de productos agroquímicos, que no sólo afectan actividades económicas paralelas como la apicultura, sino también la salud de los hombres del campo”, consideró.
Ku Chan dijo que conoció en su momento la afectación en la salud que sufrió el productor de San Juan Bautista Sacabchén, Eulogio Coyoc Uc, quien fue “bañado” por pesticidas cuando se encontraba en el área de fumigación que realizaba una avioneta.
También recordó que en su momento los apicultores de la región denunciaron la muerte de sus abejas. Al respecto también dijo que recientemente un grupo de apicultores de la comunidad de Ich-Ek reclamaron la reparación del daño sufrido por la fumigación y que en esa misma situación se encuentran productores de hortalizas como Pedro Aké.
¿Dónde está la Semarnat, la Profepa, la Semarnatcam, la Gendarmería y otros cuerpos de vigilancia que tienen que ver con el cuidado del medio ambiente? Las comunidades indígenas de México están sufriendo daños irreversibles en sus recursos naturales por la omisión de los tres órganos de gobierno, expuso.
Un tema gravísimo, de acuerdo con Ku Chan y Ramos Pérez, es el de la explotación irracional del agua, en los campos menonitas de la comunidad de San Juan Bautista Sacabchén, donde se estableció un cultivo de arroz, que está siendo regado a través de un sistema que carece del título de concesión correspondiente.
Además, también es sabido que precisamente el sistema de riego por inundación no está autorizado por la Conagua, debido a su inviabilidad, debido a la vulnerabilidad de los recursos y reservas hídricas de la región de Los Chenes, donde durante los últimos cinco años no ha llovido con regularidad.
Por su parte, Ramos Pérez se pronunció a favor de políticas públicas congruentes con el respeto al medio ambiente y exigió que se aplique un freno al evidente ecocidio que tiene lugar en Los Chenes y que se apliquen sanciones ejemplares a los responsables.
El municipio de Hopelchén era conocido por sus selvas, su agricultura tradicional y el auge de la producción de miel; sin embargo, todo ello muy pronto va a quedar en el pasado ya que se están tirando montes, sobreexplotando el agua y usando de manera irracional los agroquímicos, denunció Ramos Pérez.
Consideró que las consecuencias de estas malas prácticas serán la pobreza nutrimental de los suelos, la contaminación de los mantos freáticos y una deforestación que acarreará una gran diversidad de problemas.
Ramos Pérez recordó que de la selva alta sólo quedan recuerdos, ya que ahora lo que prevalece son amplias superficies de monocultivos y pastizales, pero lo peor es que toda esa riqueza no se queda en Hopelchén, ni siquiera en Campeche, ya que va a parar a otros destinos dentro y fuera del país.
El empresario hizo un llamado a los responsables de las dependencias federales, estatales y municipales para que trabajen de manera coordinada y puedan implementar las estrategias que permitan un desarrollo sustentable en Los Chenes.
Dijo que existe un programa de ordenamiento ecológico donde están determinadas las áreas de restauración, las de aprovechamiento y las restringidas y se debe respetar el contenido del documento.
Ambientalistas, autoridades comunitarias, líderes sociales, legisladores locales y federales y personas que son afectadas por el tiradero de agua y las fumigaciones aéreas urgen la intervención de las autoridades, ya que de lo contrario quienes somos naturales del municipio nos lamentaremos de no haber actuado en su momento.
Es necesario sensibilizar a la ciudadanía para que participe en el cuidado de nuestros recursos naturales, puntualizó Ramos Pérez, quien también urgió al gobierno a intervenir en el caso de San Juan Bautista Sacabchén.
Los Chenes, región deforestada
Publicaciones especializadas, como Exosfera, han divulgado que organizaciones sociales como Greenpeace México, Indignación, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, Muuch Kambal, Colectivo Apícola de Los Chenes, etc., han dado a conocer cómo Hopelchén, una de las últimas y más importantes selvas de México, está siendo deforestada alarmantemente, sobre todo debido al cultivo de soya transgénica y convencional.
En uno de sus artículos, la publicación cita que: Según datos de The Nature Conservancy (TNC), han sido deforestadas en la Península de Yucatán unas 80 mil hectáreas anuales; sólo en el 2013, desaparecieron más de 38 mil hectáreas forestales en ese Estado. Por su parte, específicamente en Hopelchén, entre el 2000 y el 2008 se perdieron casi 22 mil 300 hectáreas.
La apertura de áreas agrícolas implica no sólo la destrucción de la selva, también se realizan prácticas de nivelación del terreno que incluyen rellenar cuerpos de agua (conocidos como aguadas) y drenar zonas inundables a partir de la perforación de pozos de absorción. Esto afecta enormemente el flujo de agua superficial en el territorio y afecta la disponibilidad de agua para la fauna silvestre.
(Jorge Uc Moreno / Joaquín Vargas)