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Campeche

Acaban con el Bazar Municipal

HOPELCHEN, Cam., 13 de enero.- La mañana de este lunes la ciudad amaneció con una noticia que corrió como reguero de pólvora: los puestos del Bazar Municipal fueron demolidos en las primeras horas de la madrugada y al amanecer todo era montones de piedra y concreto.

Los hechos ocurrieron alrededor de las 2:20 horas y en el operativo estuvo personal de Protección Civil, del área jurídica, y la Policía Municipal para garantizar que ninguna persona saliera lesionada y dar fe de los hechos, particularmente de los artículos que se encontraban en el interior de los puestos, de tal suerte que los locales estuvieran vacíos al momento de la demolición, asimismo para tener el inventario de los bienes de los comerciantes.

La obra se planteó desde la administración de Alonso Pacheco Ucán, el proyecto continuó con José Ignacio España Novelo y es en la actual administración, a cargo de Sandy Areli Baas Cauich, cuando la obra fue autorizada y los recursos ya están disponibles para la construcción de una “mini avenida”, aunque el término “Paseo” puede ser el más indicado, ya que los trabajos se pretenden realizar sobre la calle 23 entre 20 y 18 en el Centro de la ciudad.

En el último bimestre del 2019 se hicieron intentos para el diálogo entre autoridades y locatarios, pero las posturas eran encontradas, la autoridad insistente en demoler el Bazar Municipal y los locatarios en su negativa de quitarse del lugar argumentado derechos de posesión pacífica, además de que la actividad de venta de antojitos y bebidas calientes y frías les permite obtener un ingreso para el sostén de sus familias.

Finalmente en la madrugada de ayer lunes los locales se vinieron abajo y cuando los locatarios reaccionaron los hechos ya estaban consumados. Con los escombros en tierra, personal de seguridad y del Ayuntamiento acordonaron con vallas metálicas para impedir el paso de las personas, incluso de los comerciantes afectados.

De acuerdo a las versiones que se han generado, en la obra se contempla el mejoramiento de la calle, aceras y otros espacios que le van a dar otra imagen al Centro, pero particularmente dejando en claro la iglesia de San Antonio de Padua. Con ello se pretende regresarle el esplendor de antaño.

De acuerdo a versiones ciudadanas, los locales representan décadas de historia, pero ya había un deterioro evidente de los sanitarios, la fosa séptica, no había estacionamiento y otras medidas de accesibilidad para niños, adultos y personas con discapacidad, aunque la opinión mayoritaria es que la obra no sirva para beneficiar a un grupo o personas porque no sería justo para aquellas que han mantenido el espacio para propios y extraños que gustan disfrutar de sus alimentos diariamente en ese lugar.

(Jorge Alberto Uc Moreno)

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