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Campeche

Primera misa Dominical de Año Nuevo

Necesario forjar buenas relaciones con nuestros hermanos para poder estar en el encuentro del señor, resaltó el Obispo de Campeche, Francisco González González, durante la primera misa dominical del Año Nuevo en la Catedral de Campeche, al mismo tiempo que recordó el nacimiento de Jesús como una clave en nuestra fe; que no solo se limita al nacimiento de un profeta, sino a la llegada del Dios que se hizo Carne.

En la Homilía dominical recordó que Jesús se hizo carne, por lo cual toda celebración de luces, regalos y consumismo de estos días se monta en torno a ese hecho tan sencillo y profundo, en significado para la historia de la humanidad y para las relaciones de las personas entre sí, porque en aquel niño que nació en Belén, en un pesebre sencillo, hijo de María y José, está presente Dios mismo.

Resaltó que nuestro mundo sigue celebrando; aunque existan muchos sin saber conscientemente el porqué de los festejos, añadiendo que la alegría más profunda, auténtica y verdadera posible es saber que Dios se ha hecho uno de nosotros y ha asumido nuestra carne con todas sus consecuencias.

“Nada en el mundo ha sido igual desde aquel momento. Jesús, Dios encarnado, significa un cambio radical en nuestra historia, una novedad tan absoluta por lo que nada puede ser ya como antes”, comentó.

No obstante, refirió que en la Iglesia decimos desde hace siglos que hay siete sacramentos, explicando que un sacramento es un lugar de encuentro con Dios, es una celebración, momento, ocasión, por lo cual en esas acciones el creador se hace visible y concreta en nuestras vidas y en nuestra historia su presencia.

Lectura dominical

“Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron, pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios, por eso el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria; gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”; abundaron en la lectura.

Inmediatamente se recordó que Juan da testimonio de él y grita diciendo: “Este es de quien dije; el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo, pues de su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia, porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo, entonces a Dios nadie lo ha visto jamás; porque Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer”, finalizó.

(David Vázquez)

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